ROMA, martes 15 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI al publicar el libro «Jesús de Nazaret – Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección» está ofreciendo razones para comprender y creer en Cristo y para ello no duda en desprenderse de su autoridad magisterial como papa y volver a asumir la firma de Joseph Ratzinger, han explicado dos de los más grandes teólogos contemporáneos.
El arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer S.I., secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el sacerdote Olegario González de Cardedal, teólogo y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, presentaron este lunes en la embajada de España cerca de la Santa Sede el segundo volumen del Santo Padre dedicado a Jesús.
Entre las preguntas del auditorio, la más repetida buscaba comprender cuál es el nivel de autoridad que tiene este libro. Aunque parece que el problema ya había sido resuelto por el mismo pontífice en el prólogo al primer volumen sobre Jesús, la cuestión sigue suscitando interrogantes incluso entre los mismos teólogos, como lo demostró con sus intervenciones el auditorio que llenó hasta los topes la gran sala de la primera embajada española de la historia.
«Sin duda, no necesito decir expresamente que este libro, no es en modo alguno un acto magisterial, sino únicamente expresión de mi búsqueda personal ‘del rostro del Señor’ (cf. Sal 27, 8). Por eso, cualquiera es libre de contradecirme. Pido a los lectores y lectoras esa benevolencia inicial, sin la cual, no hay comprensión posible», aseguraba en esa introducción el autor Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
El padre Ladaria, como fue afectuosamente denominado por el auditorio español, explicó que «es un libro personal. ¿Que autoridad tiene? La autoridad del autor. El hecho de que ese autor es papa añade autoridad, pero no porque sea una autoridad magisterial, sino porque es una personalidad reconocida».
«Es un libro de Joseph Ratzinger-Benecito XVI. Tiene la autoridad de la gran trayectoria teológica de Joseph Ratzinger. Tiene que quedar claro que no es magisterio de la Iglesia», aclaró Ladaria.
Un papa teólogo
Respondiendo a la misma pregunta, González de Cardedal, amigo de juventud de Ratzinger, a quien prologó en español la edición de su mayor libro de teología, «Introducción al cristianismo» (1969), consideró que ha traído una novedad al papado, pues es la primera vez que un sucesor del apóstol san Pedro es un teólogo, que ha dedicado buena parte de su vida a la investigación y a la enseñanza académica universitaria.
«Es una autoridad que antes que darnos a obedecer nos da de qué pensar», aclaró. «La conciencia tiene que discernir los diferentes niveles de autoridad con los que ejerce su misión y con la correspondiente reacción a ella. En este libro da de qué pensar y se trata de hacer reflexionar con él. Por algo habrá querido Dios que un teólogo sea papa».
«El hombre quiere ser iluminado en su inteligencia y este es el gran favor que le debemos a este papa. No es una dictadura pontificia, es alguien que nos da de qué pensar», subrayó.
Descubrir al Jesús real
Monseñor Ladaria se sumó a esta reflexión explicando que «tenemos que ver cómo el papa antes de hacernos obedecer nos hace pensar». «Sería muy interesante ver las coincidencias que se dan entre la exhortación Verbum Domini, que sí es magisterio. Ahí se puede ver cómo lo que piensa Ratzinger entra en el magisterio de Benedicto XVI».
«Nos hace ver que al Jesús real, se accede combinando, como él mismo dice las dos hermenéuticas, la de la historia y la de la fe, no confundiéndolas pero no separándolas. Y esto me parece a mí que es el gran valor de este libro», indicó Ladaria.
En el fondo, indicó el sacerdote en una disertación caracterizada por un lenguaje directo y surgido del corazón, «es un libro que pretende introducirnos en el encuentro con Jesús. Nos quiere introducir en el encuentro que él ha tenido con Jesucristo, no para que repitamos el suyo, sino para que del suyo nos sirvamos».
Un libro de corazón y rigor científico
«Este libro no cae en la dicotomía de pensamiento y corazón; es un testimonio de fe, de alguien que lleva a sus espaldas muchos años de investigación científica y encuentro con Jesús», recalcó.
Y, según señaló, «a Jesús le encontramos en los evangelios. A Jesús le encontramos en los evangelios que la Iglesia no s ha transmitido desde los primeros tiempos».
González de Cardedal consideró que este libro es decisivo para la vida y trayectoria de su autor, escrito al final de un camino de investigación y meditación. Por eso, aconsejó leerlo «con tiempo»: «no es una lectura del periódico, sino que hay que leerlo con sosiego, recogimiento».
«San Ignacio –concluyó el teólogo– decía que hay que oír las palabras de Jesús como si yo estuviera allí y me las estuviera diciendo a mí. Este libro hay que leerlo a los pies de Ratzinger como si me lo estuviera diciendo a mí».
Por Jesús Colina