El Papa se ha sentido muy bien en España

Constata el “anhelo de Dios” en su corazón

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MADRID, domingo 21 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI aseguró que se ha sentido “muy bien en España”, en su discurso durante la ceremonia oficial de despedida en el aeropuerto de Barajas, poco ates de embarcar en el avión de vuelta a Roma.

El pontífice llegó en coche cerrado al aeropuerto de Barajas, donde le esperaban los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, que también habían participado en la ceremonia de bienvenida, y representantes del Gobierno español.

A Benedicto XVI se le veía sonriente y no particularmente cansado, a pesar del maratón de actos públicos y pocas horas de sueño al que se había sometido.

En sus palabras de despedida, Don Juan Carlos reiteró las muestras de “merecido cariño” que Benedicto XVI ha recibido constantemente durante su estancia en estos cuatro días en la capital española.

Cristo atrae a los jóvenes

En su intervención, el Papa quiso subrayar que los jóvenes “responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y verdad el encuentro con Jesucristo, único redentor de la humanidad”.

“La fiesta de la fe que hemos compartido nos permite mirar hacia adelante con mucha confianza en la providencia, que guía a la Iglesia por los mares de la historia”, destacó.

La Iglesia, subrayó, “permanece joven y con vitalidad, aun afrontando arduas situaciones. Esto es obra del Espíritu Santo, que hace presente a Jesucristo en los corazones de los jóvenes de cada época y les muestra así la grandeza de la vocación divina de todo ser humano”.

Cristo, añadió, “derrumba los muros y franquea las fronteras que el pecado levanta entre los pueblos y las generaciones, para hacer de todos los hombres una sola familia que se reconoce unida en el único Padre común, y que cultiva con su trabajo y respeto todo lo que Él nos ha dado en la Creación”.

Por ello, subrayó el Papa, “no hay que desanimarse ante las contrariedades que, de diversos modos, se presentan en algunos países. Más fuerte que todas ellas es el anhelo de Dios, que el Creador ha puesto en el corazón de los jóvenes”.

Sana convivencia

En su intervención, el Papa afirmó también que España puede, “en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa”, progresar “sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica”.

Dirigiéndose al Rey, le aseguró que tiene “muy presentes en la oración” a los españoles, y que reza “especialmente por los matrimonios y las familias que afrontan dificultades de diversa naturaleza, por los necesitados y enfermos, por los mayores y los niñosy también por los que no encuentran trabajo”.

“Rezo igualmente por los jóvenes de España”, añadió, exhortándoles a dar “lo mejor de sí mismos, para que este gran país afronte los desafíos de la hora presente y continúe avanzando por los caminos de la concordia, la solidaridad, la justicia y la libertad”.

Niños vestidos de guardias suizos se encontraban en la primera fila de la pista del aeropuerto escuchando las palabras del Papa.

Sus últimos pasos en tierras españolas los recorrió hasta el avión de la compañía Iberia conversando y acompañado a su izquierda por la reina y a su derecha por el rey.

Los jóvenes presentes en la ceremonia gritaban el eslogan que más se ha escuchado en este viaje: “¡Esta es la juventud del Papa!”. Y al subir las escalerillas del avión, Benedicto XVI pudo escuchar los gritos de todos los presentes: “¡Gracias, gracias, gracias!”.

Por Inma Álvarez, con información de Jesús Colina

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ZENIT Staff

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