Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, jueves 29 marzo 2011 (ZENIT.org).- Como eco de la conmemoración por la Jornada de los misioneros mártires del 24 de marzo, la RAI (televisión pública italiana), TV2000 (televisora del episcopado italiano) y el Municipio de Roma se unieron este lunes en una transmisión sin precedentes, con el fin de recordar a un grupo de católicos que murieron por su fe en Jesucristo y el servicio a la Iglesia.

Uno de los objetivos de la Jornada era “evitar que su testimonio quede en las catacumbas”, como dijo a ZENIT el obispo de Terni, monseñor Vicenzo Paglia.

Fue así que en un escenario lleno --el famoso teatro Argentina de Roma--, nos confundimos en medio de cientos de religiosos y laicos provenientes de varios continentes de misión, con quienes disfrutamos de un moderno espectáculo elaborado con videos exclusivos, declamaciones, relatos y testimonios de quienes habían conocido o convivido con los nuevos mártires. Era para ellos --y también para nosotros que ejercemos esta profesión riesgosa--, como ver en prospectiva lo que le podría pasar a quien decida “ir donde nadie quiere entrar y quedarse donde todos quieren salir”, que son los territorios de persecución y hostigamiento para los cristianos.

Y de esto siguen dando testimonio los cientos de cristianos y católicos asesinados en los últimos años, a los que se deben sumar los 26 registrados por la Iglesia en 2011.

Es así que el homenaje a estos “cascos azules” de la fe como allí se les llamó, se centró en los presbíteros Fausto Tenorio (Filipinas 2011), Rageed Ganni (Irak 2007), Andrea Santoro (Turquía 2006), Raffaele Di Bari (Uganda 2000); en las religiosas Dorothy Stang (Brasil 2005) y Gina Simionato (Burundi 2000), y en la voluntaria Annalena Toneli (Somalia 2003); así como en los 19 laicos crucificados en Sudán del Sur (2009), en el ministro pakistaní Shahbaz Bhatti (2011) y en el arzobispo Oscar Romero (1980).

Monseñor Vicenzo Paglia, quien es relator de la causa del exarzobispo salvadoreño (llevaba puesta la cruz pectoral de Romero), fue uno de los que dieron su testimonio junto a la hermana del padre Santoro y otros invitados. Todos compartieron la vivencia de lo que significa haber conocido y convivido con un mártir, aún en los momentos en que eran conscientes de su inminente muerte, la cual nunca evadieron según lo allí narrado.

En el breve diálogo sostenido con ZENIT, el obispo Paglia recordó que las persecuciones siguen en el mundo, algunas de las cuales terminan con la muerte de los católicos como sucede en Egipto, Nigeria, India, Pakistán, América Latina, entre otros lugares, donde ya el hecho de una falta de libertad para expresar la fe es un tipo de martirio. Y advirtió también que hay otras persecuciones más sutiles “y psicológicas” en algunos países occidentales...