FÁTIMA, jueves 5 abril 2012 (ZENIT.org).- El pastor Francisco, quien con su hermana Jacinta y su prima Lucía, recibieron de la Virgen María un mensaje para la humanidad, murió un día como ayer –4 de abril–, hace 93 años, fecha en que también la iglesia universal celebra su fiesta litúrgica.
Víctima de una neumonía y de la epidemia de gripe denominada «la española», que causó tantas víctimas como la primera guerra mundial, el ahora beato enfermó desde diciembre de 1918 y murió en la aldea y caserio de Aljustrel, cerca de Cova da Iría, el 4 de abril de 1919.
Francisco, nacido el 11 de junio de 1908, fue uno de los tres conocidos como «Videntes de Fátima», quien vivió preocupado en ‘consolar’ a Jesús ‘escondido’, por lo que pasaba horas ‘pensando en Dios’, razón por lo cual hoy se le puede considerar un auténtico contemplativo. El espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su corta vida, que llegó solamente hasta los 11 años.
Fue enterrado en el cementerio de Fátima y después trasladado a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en Cova da Iría, Fátima, el 13 de marzo de 1952.
El beato Juan Pablo II lo beatificó el 13 de mayo de 2000 junto con su hermana Jacinta en una multitudinaria celebración en Fátima.