Teología y Nueva Evangelización: ver la propia vida desde la perspectiva de Dios

Entrevista a monseñor Giuseppe Scotti, presidente de la Fundación Ratzinger

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Por H. Sergio Mora

ROMA, lunes 1 octubre 2012 (ZENIT.org).- La Teología hace intuir el camino que es necesario seguir en la nueva evangelización: la búsqueda de la verdad que debe traducirse en la vida real, porque quitar a Dios del horizonte es dejar al hombre sin esperanza. Y lo paradójico de un papa teólogo es que invita a entender la vida, porque la teología hace que uno mire su vida con la perspectiva de Dios

Lo indicó monseñor Giuseppe Scotti, presidente de la Fundación Ratzinger, secretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, y presidente del Consejo de Superintendencia de la Biblioteca del Vaticano, en una entrevista concedida a ZENIT el viernes pasado, después de la presentación a la prensa del Premio Ratzinger de Teología en la sala de prensa de la Santa Sede.

¿Cuál es el papel de la teología en la nueva evangelización?

Mons. Scotti: Considero que este premio de la Fundación Ratzinger, aunque no está directamente conectado al próximo Sínodo [de la Nueva Evangelización] nos hace intuir un camino que es el de Ratzinger: la teología debe hablar con el hombre contemporáneo y llevarlo a decir: este planteamiento es verdadero y si es verdadero me interesa, y si me importa ¿en qué tengo que cambiar?

O sea, ¿ir de la teología a mi vida personal?

Mons. Scotti. El Sínodo ayudará a superar la división entre lo que pienso y lo que vivo. Es necesario llevar mi pensamiento y mi nivel de búsqueda de la verdad a la vida concreta, no puedo separar lo que pienso de lo que vivo; porque se sigue separando lo que se piensa de lo que vive, nos encontraremos sin futuro.

Los teólogos a menudo son vistos como pensadores en una torre de marfil

Mons. Scotti: Recuerdo un libro de introducción a la Biblia que cuando yo era un joven sacerdote se lo daba a mis alumnos para que lo leyeran porque utilizaba una imagen muy significativa. Él que sabía todo sobre la Biblia se dio cuenta que cuando hacía los cursos a la gente, a medida que contaba la Biblia el público se quedaba fascinado. Y en cambio ¿por qué cuando hablaba como un profesor de Biblia no sucedía lo mismo con los alumnos? Yo tuve esa experiencia, como recuerdo la tuvo, por ejemplo, el cardenal Gianfranco Ravasi que, cuando era un sacerdote joven podía permitirse dar cursos cada semana, o el cardenal Giovanni Saldarini, por ejemplo. También le sucedía a ellos, porque lograban hacer entender la Biblia dentro de la vida cotidiana.


¿Que ha significado todo esto?

Mons. Scotti: Hay que pensar en la Biblia como en la construcción de una gran catedral, por lo que se necesitan los especialistas, etc. Entretanto a veces sucede que de noche uno va a esta catedral donde nunca se entra porque uno piensa que solamente pueden ir los especialistas. Y cuando se entra por un extraño hueco en esta catedral se ve toda su belleza, y uno se queda admirado al punto de sentirse lleno de gozo. De día en cambio uno tapa la entrada porque piensa “si los demás entran vaya a saber lo que nos pasa”. Este es desafío al que nos enfrentamos.

¿O sea que el desafío es relacionar la teología con una experiencia diaria?

–Mons. Scotti: Es hacer entender que la palabra de Dios nos da alegría, nos da la belleza de la vida. Cuando se lee el Salmo 13, «el impío» por lo tanto el hombre que borra a Dios de su horizonte, tenemos la tendencia a decir «es un ateo, un malvado», en cambio: el impío es quien le roba la esperanza al miserable. ¿Tú me quitas a Dios? Me estás robando la esperanza.

Tenemos un papa teólogo, algunos se han lamentado porque consideran que “se necesitaría uno más activista”. Y paradójicamente quien pone en marcha la nueva evangelización es un teólogo

Mons. Scotti: Si lo que se ha dicho hasta ahora es cierto, esto queda claro, pues la teología hace ver la vida desde la perspectiva de Dios, hace ver que la vida cambia, pero no cambia porque uno proyecta, sino porque uno se deja acompañar por Dios. Esta es la teología que nos permite ver lo que Dios nos quiere decir.

En Latinoamérica la teología fue muy politizada en los años 80 y Ratzinger tuvo que esclarecer los desvíos de la Teología de Liberación. Ahora que esa etapa ha sido superada ¿en qué punto América Latina puede brillar en la teología?

Mons. Scotti: América Latina se encuentra en una condición ideal, ya que a diferencia de Europa no sufrió el choque de la Revolución Francesa, con todo lo bueno y duro que tuvo, porque –incluso si no es exactamente así- a nivel de percepción fue vivida como una ruptura.

América Latina no ha experimentado este choque, y en mi opinión la riqueza que puede tener es la de ser capaz de entrar en la era moderna explicando con el lenguaje de hoy, la unidad que existe entre fe y ciencia, entre fe y cultura, entre la fe y el arte, la fe y la política.

¿La fe que se convierte en arte o hace política?

–Mons. Scotti: No, me refiero a esa unidad profunda e íntima. Cuando reflexiono sobre política, tengo que mirar a todo el hombre. Este es el desafío del hombre de todos los tiempos. Nunca debe haber un momento en el que se dice «siempre lo hemos hecho así, entonces vamos adelante de esta manera». En Europa, cuando no se tuvo el coraje de afrontar el desafío de la Revolución Francesa se produjo esta ruptura.

¿Se dice que América Latina es el continente de la esperanza?

-Mons. Scotti: Sí, pero no sólo porque hay tantos jóvenes, etc, sino porque es un continente que no ha sentido el peso de la ruptura. Se separó de Europa aún teniendo raíces netamente europeas, pero no sintió esta ruptura. 

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ZENIT Staff

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