México: asesinado a golpes un sacerdote de 83 años

El padre José Flores Preciado fue atacado en la iglesia. País peligroso para los presbíteros, en ocho años han sido asesinados 22

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El presbítero mexicano José Flores Preciado, de 83 años, murió en el hospital Universitario Regional en la ciudad de Colima, México, tras ser golpeado por unos desconocidos, en la capilla de Cristo Rey, de la que era rector, donde confesaba y celebrara la Misa todos los días.

El 5 de febrero, unos desconocidos entraron en la iglesia de Cristo Rey, en la colonia de Placetas, tal vez para cometer un robo, y al ser descubiertos por el padre José le golpearon hasta la muerte. El sacerdote murió poco después en el hospital a causas de las lesiones provocadas.

El padre José Flores, nacido el 30 de diciembre de 1929 en Tuzcacuesco, Jalisco, fue ordenado sacerdote en la catedral de Colima, el 16 de abril de 1961. Dicen quienes le conocían que era una persona muy tranquila, profesor de latín en el seminario de Chiapa (Colima) y en el seminario Cobano (Colima ciudad), confesor de la catedral y tutor de un grupo de seminaristas.

“Estamos consternados por este hecho –dijo el padre Jesús Mendoza, rector de la Catedral Basílica Menor de Colima–. Desafortunadamente, la muerte del padre Flores, muestra la inseguridad en que vivimos, porque no han robado nada”. El funeral tuvo lugar hoy, jueves, 7 de febrero en Colima en la iglesia de San José.

Según relataba la página web de la diócesis de Colima, «esta madrugada, al comenzar este nuevo día, el padre Jose Flores Preciado, de mas de 80 años de edad, falleció tras ser golpeado en su curato, en lo que parece ser un intento de robo».

Al iniciar este semestre, el secretario de estudios del seminario Miguel Aguirre comunicó a la comunidad, que el padre Flores dejaría este semestre la batuta de la enseñanza de la lengua latina, mas que nada por su avanzada edad, no si antes puntualizar, el ejemplo y testimonio del padre.

Formador de seminaristas

El padre Jose –afirma una nota del Seminario de Colima- «era un sacerdote muy sano, y lleno del Espíritu Santo. Las pocas veces que faltó a dar una clase, las podemos contar con los dedos de una sola mano, su puntualidad y responsabilidad son muy edificantes, unos seminaristas de esta comunidad cuentan a manera de Feliz Memoria que ‘en una ocasión, el padre José llamó para avisar que a causa de una descompostura de auto, llegaría tarde a clases, así, mientras el llegaba, los muchachos podían aprovechar el tiempo para el estudio. Su sorpresa fue grande, al ver llegar al padre veinte minutos antes de su clase'».

«Su corazon –añade–, siempre estuvo dispuesto a ayudar, cuando uno de sus alumnos enfermaba, no dudaba en visitarlo, aun cuando este viviera en el tercer piso de nuestro seminario, dedicaba tiempo para todos, ningún alumno quedaba atrás, su obra en este mundo estuvo encaminada a guiar, enseñar y sobre todo a santificar, jamas negó el sacramento de la reconciliación, seguramente».

«Era un sacerdote de oración. Tanta fuerza y vitalidad, no podía provenir mas que de Dios. Era confesor de la catedral (anteriormente fue rector), daba clases en el Seminario de Chiapa, y en el del Cobano, celebraba dos misas diarias, en su capilla, atendía a un buen grupo de monaguillos, y estaba al pendiente de la remodelación de la capilla de Cristo Rey».

El cuerpo fue velado en la iglesia de San José y ahí mismo se celebró la eucaristía a las 8:00 am.

Había sido amenazado

El rector de la Basílica Menor de Colima Jesús Mendoza Preciado dio a conocer que el padre José Flores había sido amenazado y lo intentaron extorsionar en los últimos meses.

De acuerdo con Milenio, las autoridades policíacas no han dado a conocer oficialmente sobre los hechos, aunque a través de los médicos que lo trasladaron a un hospital señalaron que falleció a causa de un traumatismo craneoencefálico.

Mendoza Preciado señaló que el sacerdote asesinado tenía la cara desfigurada a consecuencia de los múltiples golpes que sufrió y al parecer, por su edad, nunca intentó defenderse de los agresores que se llevaron varios objetos de valor que aún no han sido valorados.

El rector señaló que el padre Flores había comentado que hace algunos meses había sido amenazado por teléfono para que entregara dinero, por lo que se acordó que dos seminaristas vivieran con él, “pero lamentablemente en el momento de los hechos no se encontraban en la iglesia.

Precisó que días atrás la procuradora Yolanda Verduzco, en la comunidad de Suchitlán, en el municipio de Comala, “nos platicó sobre esos casos de violencia, cómo estar alerta sobre todo a las llamadas telefónicas porque para varios sacerdotes han sido efectivas, porque hablan, los amenazan y tienen que depositar cierta cantidad de dinero si no, así les va”.

México es el segundo país en América en que resulta más peligroso ejercer el sacerdocio. Tan sólo en los últimos ocho años han sido asesinados 22 presbíteros católicos, cifra apenas superada por Colombia, donde en el mismo periodo han muerto de forma violenta 25 sacerdotes. El año más violento para los sacerdotes en México fue 2011, año en que perdieron la vida cinco ministros católicos víctimas del crimen.

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ZENIT Staff

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