Dossier: Los ocho años de Benedicto XVI (IV)

Un recorrido por la obra del papa Ratzinger: Los últimos viajes

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Ofrecemos a nuestros lectores la cuarta parte del dossier sobre el pontificado de Benedicto XVI, que ZENIT está publicando en las últimas ediciones.

Aunque nadie podía preverlo –quizás ni él mismo–, estos se convertirían en los viajes finales…

Fátima: Consagración a los presbíteros

Benedicto XVI visitó Portugal del 11 al 14 de mayo de 2010 para conmemorar los diez años de la beatificación de Jacinto y Francisca, los pastorcitos videntes de Fátima.

Aún se le recuerda de rodillas en la Capilla de las Apariciones del Santuario de Fátima, preparándose para celebrar con miles de peregrinos una misa en la explanada de la basílica, donde consagraría a los presbíteros del mundo al Corazón Inmaculado de María. «Mi corazón vencerá», fue el coro que se oía y que aún debería resonar en los ministros del Orden sagrado…

Otros momentos claves del viaje fueron los encuentros con el mundo de la cultura en el Centro Cultural de Belén de Lisboa, y con las organizaciones de la pastoral social portuguesa en la Iglesia de la Santísima Trinidad de Fátima.

Dejó para el final, pero no en su espíritu, un saludo a los enfermos y peregrinos, a quienes les dedicó palabras de consuelo.

Reino Unido: de corazón a corazón

En su visita al Reino Unido (pisó tierra de Inglaterra y Escocia) del 16 al 19 de septiembre de 2010, el santo padre llegó a un país (o un reino) que está perdiendo su característica cristiana de forma progresiva.

Quizás por esto el viaje del Papa fue recibido con una oposición muy fuerte, que se fue reduciendo en la medida que la sociedad lo escuchaba…

El primer ministro de entonces, en un artículo publicado en los principales diarios del mundo, aseguró con satisfacción de que los británicos “se habían detenido a escucharlo”. Fue un tiempo en que constataron que había un personaje real interesado en ellos y no la figura caricaturizada por los medios de comunicación, tan hostiles a su visita.

Es así que el Vicario de Cristo pudo desarrollar su programa con los debidos encuentros y los respectivos discursos que llegaron a 15, cuando los programados eran algunos menos. Pero el papa no podía dejar de reunirse con la reina Isabel II en el Palacio Real de Holyroodhouse, en Edimburgo y sacarle una sonrisa al saludarla. Ni evitar congregar a toda la jerarquía de la Iglesia anglicana y protestante en la Abadía de Westminster, para analizar cómo ser “un solo rebaño y un solo pastor”.

Fue elocuente cuando convocó a niños con sus padres y educadores en el Saint Mary’s University College de Richmond, para insistir que la educación católica, que presenta a Dios como medida del hombre, “no quita nada y lo da todo”.

La visita tuvo una actividad de lo más trascendente: la elevación a los altares del cardenal John Newman, clérigo anglicano convertido al catolicismo en el siglo XIX, que de forma excepcional la presidió el papa en una misa celebrada en el Cofton Park de Rednal, en Birmingham,

Benedicto XVI dijo allí que el cardenal Newman fue un amante de la Verdad, quien tenía la particularidad de “hablar del corazón al corazón”, algo que él mismo hizo durante los cuatro días que estuvo en el centro de la atención de los británicos y del mundo.

Santiago y Barcelona: arte y tradición

La nueva visita a España de Benedicto XVI, tenía que ser a Santiago de Compostela y a Barcelona. Fue así que el 6 y 7 de noviembre de 2010, el Vicario de Cristo llegó como peregrino de la fe en un breve viaje, enrumbándose por una ruta sagrada que los españoles y otros pueblos europeos reconocen como una patria de todos, solo superada por Roma y Jerusalén, como es el Camino de Santiago.

Y para los que decían que el actual pontífice no era de gestos sino de palabras, se equivocaron otra vez. Bastó verlo aparecer en la Catedral de Santiago de Compostela, cubierto con la típica capa marrón de peregrino, que lleva la cruz de Santiago en el corazón, para que todo un pueblo delire de emoción. Esto en pleno Año Santo Compostelano, que lo celebró él mismo a lo grande en la Plaza del Obradoiro, con una misa muy especial.

Fue así que Benedicto XVI utilizó el español del misionero Francisco Xavier y de la reformadora Teresa de Jesús, para invitar a Europa a “no cerrarse al presente, sino abrirse a la trascendencia, a la fraternidad”. A no empeñarse sólo en lo material, sino también en lo moral, en lo social y en lo espiritual-religioso. Siendo así, dijo el Papa, “nunca estará a oscuras”.

Es evidente que el Apóstol de Europa, Santiago el Mayor, le inspiró un llamado profético: pidió respeto hacia la verdad y a su principal receptor: el hombre. Se puede vivir en libertad, pero sin herir la verdad del otro. Estamos llamados a disfrutar de los bienes del desarrollo, pero sin olvidar la auténtica fraternidad hacia los otros continentes, fue parte de su invocación.

En Barcelona, ni los tan ensayados cantos, ni las palabras de bienvenida pudieron evitar que la atención del papa se desviara hacia la magnificencia de la hoy basílica menor “Sagrada Familia”, diseñada y avanzada por el español Antonio Gaudí, hoy en proceso de beatificación.

Fue así que los ojos del profesor Ratzinger no podían detenerse, y dejó escapar gestos de verdadero asombro; el papa de la estética se rendía a la genialidad de un arquitecto y católico ejemplar que consumó en esta obra toda su vida, muriendo inútilmente en un accidente sin poder concluirla.

Una parte del peregrinaje papal consistió en consagrar el altar de la basílica y elevarla de rango. Esta monumental obra responde con precisión a la visión del papa de hacer de Europa un verdadero Patio de los Gentiles. Y el mensaje simbólico siguió inflamando mentes y corazones… Es así que al elegir este templo-ícono de la familia humana, Benedicto XVI capturó la atención mundial para recordar que “la Iglesia apoya todo cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar, y se opone a todas las formas de negación de la vida humana”.

Luego de los consabidos encuentros con los obispos y demás personalidades del país, el santo padre reservó el final de su visita para bendecir la primera piedra de lo que será la extensión de la casa Niño Dios. Esta obra, dirigida por las Franciscanas del Sacro Cuore, desde 1892 vela por el desarrollo de menores con síndrome de down, alejándolos del fantasma de la marginación y el sufrimiento.

Croacia: Con las familias católicas

No quiso estar ausente el papa en la Jornada Nacional croata de las familias católicas, razón por la que hizo también un viaje «relámpago» los días 4 y 5 de junio de 2011. Quizás el origen yugoslavo de sus habitantes y el inminente ingreso del país a la Unión Europea en julio de 2013, impulsaron más la visita para reforzar las raíces cristianas croatas.

Tuvo así un encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo político, académico, cultural y empresarial, con el cuerpo diplomático y con los líderes religiosos en el Teatro Nacional Croata; también participó de una entusiasta Vigilia de oración con los jóvenes en la plaza del Bano Josip Jelacic.

Durante la misa con ocasión de la Jornada Nacional de las familias católicas croatas en el hipódromo de Zagreb, invocó a las parejas jóvenes a «ser valientes» y a no ceder «a la mentalidad secularizada que propone la convivencia como preparatoria, o incluso sustitutiva del matrimonio».

Otro momento importante de su visita fue la oración ante la tumba del beato Alojzije Viktor Stepinac en la catedral de la Asunción de la Virgen María y de San Esteban, donde celebró las vísperas con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas. Fue propicia la ocasión para presentar al beato croata como modelo de pastor y protector de su pueblo, echando nuev
as luces sobre la polémica que aún subsiste frente a la actuación de Stepinac en horas amargas del país.

JMJ de Madrid: predicar a los cuatro vientos

El regreso de Benedicto XVI a España del 18 al 21 de agosto de 2011, tuvo como principal propósito la celebración de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, donde quedó como símbolo el paso –aún firme y seguro–, del papa a través de la Puerta de Alcalá en la Plaza de la Independencia de Madrid, tomado de la mano con jóvenes de distintas nacionalidades. «Es el papa de todos», fue una frase muy repetida durante la Fiesta de acogida de los jóvenes, que tuvo lugar en la Plaza de Cibeles de Madrid.

Una innovación de por sí importante fueron los encuentros con las jóvenes religiosas en el Patio de los Reyes de El Escorial, así como con los jóvenes profesores universitarios en la basílica de San Lorenzo de El Escorial. También se recuerda aquella memorable misa con los seminaristas en la catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid, donde anunció para alegría de todos, la inminente proclamación que haría de san Juan de Ávila como doctor de la Iglesia universal.

Así como había querido un Vía Crucis con los jóvenes en la anterior JMJ, esta vez también los convocó en la Plaza de Cibeles, donde miles de rostros y corazones jóvenes dejaron ver que el amor extremo de Cristo por la humanidad, puede entenderse desde temprana edad.

Los jardines del Buen Retiro de Madrid fueron la ocasión propicia para que se instalaran cientos de confesionarios, poniendo en el centro de la atención el sacramento de la reconciliación, el cual fue administrado por el mismo papa a cuatro jóvenes. Aún se recuerda cuando Benedicto XVI insistió en confesar al cuarto joven que estaba listo «por si acaso» fallase algunos de los otros tres programados. Dio así una muestra de que el tiempo alcanza para todos, cuando del perdón de Dios se trata…

Luego de visitar la Fundación Instituto San José de Madrid, regida por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios para personas con minusvalía, llegó a la Vigilia de oración con los jóvenes en el aeródromo Cuatro Vientos de Madrid. Allí quiso vivir con ellos no solo momentos de profunda oración y alegres cantos, sino que decidió quedarse en medio de sus jóvenes, cuando estos tuvieron que soportar de pie un fuerte temporal, con tal de estar también ellos con el papa.

Al día siguiente, durante la misa central de la JMJ, de nuevo en el aeródromo Cuatro Vientos de Madrid, bromeó sobre el escaso sueño que llevarían consigo los jóvenes, y los alentó a ser «discípulos y misioneros de Cristo». Más adelante anunciaría a Río de Janeiro como la sede de la JMJ 2013, suscitando una algarabía general.

Alemania: en la cuna de Lutero

No está claro si el tercer viaje a su tierra natal, realizada del 22 al 25 de septiembre de 2011, lo planificó el papa como una especie de despedida de su pontificado, pero era una posibilidad que iba en aumento.

Pero algo que sí dejó claro fue su gran anhelo por hacerle sentir al mundo, cuán cerca estaba su corazón y cuán inflamado su deseo de que los cristianos –y los demás creyentes– vivieran más unidos… Quizás por eso en la visita se programaron importantes encuentros, como aquel con los representantes de la comunidad judía en Berlín y con los representantes de la comunidad musulmana.

También tuvo un peso simbólico la reunión con los representantes del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, congregados en la sala capitular del ex convento de los Agustinos de Erfurt, Orden religiosa a la que perteneció Martín Lutero. Allí se desarrolló luego una significativa Celebración Ecuménica.

Ya en Friburgo, amplió el horizonte de su mensaje al reunirse con los representantes de las Iglesias ortodoxas en el Seminario arquidiocesano. Allí mismo –y aún con más amplitud– les hablaría a los miembros del Comité Central de los Católicos Alemanes y a los jueces de la Corte Constitucional Federal.

Estuvo con los jóvenes y las familias, tanto en la misa celebrada en el Olympiastadion de Berlín, como en la Vigilia de Oración en la Feria de Friburgo en Breisgau.

Un acontecimiento resaltado por los observadores fue la visita al Parlamento Federal en el Reichstag de Berlín. Allí ante el presidente, la canciller federal y los parlamentarios, el papa alemán centró su discurso sobre los fundamentos del Derecho, contraponiendo el positivismo reinante en Europa, al «concepto de los derechos humanos, la idea de la igualdad de todos los hombres ante la ley, la conciencia de la inviolabilidad de la dignidad humana de cada persona y el reconocimiento de la responsabilidad de los hombres por su conducta», que han sido construidos desde su origen «sobre la base de la convicción de la existencia de un Dios creador».

Benín: Africae Munus

El segundo viaje del papa al África fue a Benín (18-20 de noviembre de 2011), la tierra de su ex colega y amado amigo, el cardenal Bernardin Gantin, quien ha honrado con su nombre el aeropuerto principal del país que recibió al vicario de Cristo.

Por eso no fue extraño ver en el programa una visita a la tumba del ex alto prelado en la capilla del seminario de San Gall de Ouidah. Como se recuerda, ambos trabajaron juntos en la Curia Romana, desde que el cardenal beninés fuera convocado por el beato Juan Pablo II como prefecto de la Congregación de los Obispos. Esto le valió obtener el reconocimiento de primer cardenal africano que ocupaba la presidencia de un dicasterio.

La visita tuvo otro importante motivo, y fue la firma y publicación de la exhortación apostólica postsinodal de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos «Africae Munus«. Luego, con palabras de aliento y esperanza, el santo padre entregó el documento a los obispos de África durante una concurrida misa en el Stade de l’amitié de Cotonú.

Un acontecimiento que llenó de emoción al mundo entero, fue el encuentro con los niños en la parroquia Santa Rita de Cotonú –que continuaría en México, y que los papas deberían seguir haciendo.

Allí, en medio de una algarabía general, captó su atención para decirles cuánto los quería, para animarlos a leer la Biblia, a valorar la Eucaristía; les regaló a todos un rosario y les dijo lo importante que era rezar… Finalmente, para emoción de un pueblo aún perseguido por su religión, el catequista universal les contó a los niños parte de la historia de san Kizito, aquel muchacho ugandés que lo mataron «porque quería vivir según el bautismo que acababa de recibir».

No dejo de visitar a su enfermos, esta vez en el foyer Paz y Alegría de las Misioneras de la Caridad en la parroquia Santa Rita de Cotonú.

México y Cuba: Peregrino de la Esperanza

Ya meses antes de esta visita a América Latina, se supo que los obispos del CELAM visitaron al papa y lo invitaron a viajar donde estaban sus pueblos, para hablarles «en español».

Él mismo se ocuparía de dar una nueva alegría al continente de la esperanza y del amor, al anunciar el 12 de diciembre de 2011, bajo la mirada de la Guadalupana, que iría al año siguiente a México y a Cuba…

Fue así que, del 23 al 29 de marzo de 2012, cruzaría los mares para hacer un inolvidable viaje en dos etapas. En Guanajuato, León, y después de saludar a los representantes de un estado, que solo décadas atrás prohibía hablar de religión en público bajo pena de muerte, llegó a la Plaza de la Paz, donde había convocado a sus catequizandos, los niños, para saludarlos y decirles que siempre estaban «en el corazón del papa».

Allí les contó cómo tres niños mártires en tiempos de la primera evangelización de México, los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, de Tlaxcala, descubrieron “que no había tesoro más grande que Jesús”.

Al día siguiente, ya antes de la multitudinaria misa en el parque del Bicentenario de León, bendijo el monumento a Cristo Rey, en lo alto del Cubilete, cuyo complejo monumental iluminaría por primera vez al terminar las Vísperas celebradas con los obispos de México y de América Latina, venidos especialmente de todo el continente para reunirse y rezar con él en la Catedral de la Madre Santísima de la Luz de León.

Ya en la siguiente parte del viaje, es decir Cuba, en torno al santo padre se reunieron –contra todo pronóstico– miles y miles de cubanos para participar de la misa con ocasión del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba. Luego el papa visitaría de forma privada el Santuario de la patrona y señora de Cuba para rezar.

No se puede medir aún si el impacto fue mayor al ver al papa con el presidente del Consejo de Estado en el Palacio de la Revolución de La Habana –y luego con el histórico líder Fidel Castro–, o cuando estuvo ante la inmensa multitud en la plaza de la Revolución de La Habana, que esperó por horas al vicario de cristo para la celebración de la misa final de tan histórica visita.

Se supo después que uno de los frutos inmediatos fue la restitución del viernes santo, como feriado no laborable.

Líbano: Un signo de paz

Con ocasión de la firma y publicación de la exhortación apostólica Postsinodal de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, el papa Benedicto XVI llegó del 14 al 16 de septiembre de 2012 hasta Beirut en el Líbano, para hablar de Dios, de paz, de unidad. Sería entonces, su último viaje fuera de Italia…

Ya durante su visita inicial a la Basílica de San Pablo de Harissa, quiso firmar la exhortación apostólica y pocas horas después encontrarse con los líderes de las comunidades religiosas musulmanas en el Salón de los Embajadores del Palacio Presidencial de Baabda, a quienes comprometió en la paz y la convivencia.

Se recuerda aún el encuentro con los jóvenes en la explanada frente al patriarcado maronita de Bkerké, donde según los organizadores, llegaron también –nobles ellos y positivos– grupos de una juventud musulmana que exige paz.

La entrega de la exhortación apostólica postsinodal para Oriente Medio fue en el Beirut City Center Waterfront, durante la celebración de una misa con cerca de 350.000 personas.

A esto le siguió un encuentro ecuménico en el Salón de Honor del Patriarcado Siro católico de Charfet, hasta donde llegó con sendos ejemplares del reciente documento postsinodal para entregarles a todos; que acompañara ese día y el futuro…

Los artículos anteriores del Dossier en:

Las encíclicas: www.zenit.org/es/articles/dossier-los-ocho-anos-de-benedicto-xvi-i

Los primeros viajes: www.zenit.org/es/articles/dossier-los-ocho-anos-de-benedicto-xvi-ii

Los viajes intermedios: www.zenit.org/es/articles/dossier-los-ocho-anos-de-benedicto-xvi-iii

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José Antonio Varela Vidal

Lima, 1967. Periodista colegiado con ejercicio de la profesión desde 1989. Titulado en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, de Lima. Estudios complementarios en filosofía, teología, periodismo religioso, new media y en comunicación pastoral e intercultural-misionera; así como en pastoral urbana, doctrina social de la Iglesia y comunicación institucional y estratégica, desarrollados indistintamente en Lima, Quito, Bogotá, Roma, Miami, y Washington DC. Ex jefe de oficinas de comunicación institucional en el sector público y eclesial. Asimismo, fue gerente de televisión de un canal y director de dos revistas impresas. Es articulista en publicaciones católicas de su país y del extranjero, entre ellas zenit. Actualmente colabora con los padres palotinos, presentes en el Perú desde el 2014.

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