Ofrecemos el mensaje dirigido por el superior general Adolfo Nicolás a toda la Compañía de Jesús, este 12 de febrero.

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Queridos hermanos en Cristo:

Nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, anunció ayer su decisión de renunciar al “ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”. Por nuestra parte hemos recibido esta noticia con respecto y admiración por la libertad espiritual, humildad y profundo amor que el Papa muestra a la Iglesia.

Nos viene a la memoria la consoladora experiencia de la audiencia ofrecida a la Congregación General 35, hace cinco años. En esa ocasión, el Papa nos manifestó su cercanía y confianza en la Compañía de Jesús, y nos lanzó el reto de “alcanzar aquellos lugares físicos y espirituales a los que otros no llegan o encuentran difícil hacerlo” (Alocución de Su Santidad Benedicto XVI a la Congregación General 35). Nos sentimos profundamente agradecidos por la confianza y la inspiración que el Santo Padre nos ha dispensado a lo largo de sus años de pontificado. Siguiendo el espíritu del cuatro voto, que vincula a la Compañía de Jesús de modo muy especial con el Romano Pontífice, oremos por el Papa Benedicto XVI, y renovemos nuestro compromiso con la misión que ha confiado a la Compañía.

Finalmente, unidos a toda la Iglesia, oremos también de manera especial para que el Espíritu Santo ilumine y guíe en todos sus pasos la elección de un nuevo sucesor de Pedro. No cesamos de confiar en el Señor Resucitado, que es fiel a su promesa de permanecer siempre con su Iglesia.