Francisco: 'Asociar la familia a la idea de esperanza y de futuro'

Mensaje del santo padre a la 47 semana social de los católicos italianos

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La familia es «una escuela privilegiada de generosidad, de compartir, de responsabilidad, escuela que educa a superar una cierta mentalidad individualista que se abre a paso en nuestra sociedad».

Lo ha señalado el santo padre Francisco en una carta enviada al cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana en ocasión de la 47ª edición de las Semanas Sociales de los Católicos Italianos, que se ha inaugurado esta tarde en la ciudad de Turín.

El encuentro lleva por título «La familia, esperanza y futuro para la sociedad italiana». El santo padre ha expresado su aprecio por haber elegido este lema y por haber «asociado la familia a la idea de esperanza y de futuro». Por eso ha matizado que para la comunidad cristiana, la familia es más que un tema: es vida, es tejido cotidiano, es camino de generaciones que se transmiten la fe junto con el amor y con los valores morales fundamentales, es la solidaridad concreta, fatiga, paciencia y también proyecto, esperanza, futuro.

Así mismo, el papa Francisco recuerda que la Iglesia ofrece «una concepción de la familia, que es la misma del libro del Génesis, de la unidad en la diferencia entre hombre y mujer, y de su fecundidad». Por tanto, continúa el santo padre, «queremos reafirmar que la familia así entendida permanece el primer y principal sujeto constructor de la sociedad y de una economía a medida del hombre y como tal merece ser apoyada activamente».

Reconoció entretanto “el sufrimiento de tantas familias, debido a la falta de trabajo, al problema de la casa, a la imposibilidad práctica de llevar elegir libremente la propia educación; el sufrimiento debido también a los conflictos internos de las mismas familias, a los fracasos de las experiencias conyugales y familiares, a la violencia que lamentablemente se anida y hace daño también dentro de nuestras casas». Y que “debemos y querer estar particularmente cerca de todos, con respeto y con el verdadero sentido de la fraternidad y solidaridad”.

“Queremos entretanto –prosiguió Francisco– recordar sobretodo el testimonio simple pero bello y lleno de coraje de tantas familias que viven la experiencia del matrimonio o del ser padres de familia con alegría, iluminados y sostenidos por la gracia del Señor, sin miedo de enfrentar también los momentos de la cruz, que vivida en unión con la del Señor, no impide el camino del amor, pero más aún, puede rendirlo más fuerte y más completo”.

Recordó también que el futuro de la sociedad está enraizado en los ancianos y en los jóvenes: estos, porque tienen la fuerza y la edad para llevar adelante la historia; aquellos porque son la memoria viva. Un pueblo que no cuida a los ancianos, a los niños y jóvenes no tiene futuro, porque maltrata la memoria y la promesa.

En el texto, el papa manifiesta «que estas reflexiones no interesan sólo a los creyentes sino a todas las personas de buena voluntad, a todos aquellos que desean en el corazón el bien común del país, precisamente como sucede con los problemas de la ecología ambiental, que pueden ayudar mucho a comprender los de la ecología humana».

Recordó, citando la encíclica Caritas in Veritate, de Benedicto XVI, que las consecuencias positivas o negativas de las decisiones de carácter cultural sobre todo, y político que se refieren a la familia afectan diversos ámbitos de la vida de una sociedad y de un país: del problema demográfico -que es grave para todo el continente europeo y en manera particular para Italia- a las otras cuestiones relativas al trabajo, a la economía en general, al crecimiento de los hijos, hasta lo que se refiere a la misma visión antropológica que está en la base de nuestra civilización.

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ZENIT Staff

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