Compartimos con nuestros lectores el artículo que Manuel Alejandro Rodríguez Yong nos envía desde Cuba.
El sonido de 500 toques de campana desde el carillón de la catedral fue el preámbulo para el inicio de la celebración eucarística en acción de gracias por los 500 años de evangelización en la región de Bayamo-Manzanillo y la fundación de la villa de San Salvador de Bayamo, segunda comarca creada por los españoles en Cuba y lugar donde se dio inicio a la lucha emancipadora de los cubanos contra la metrópoli española.
La catedral bayamesa, iglesia donde se entrelazan el amor a Dios y el amor a la patria acogió a fieles, sacerdotes y religiosas venidos de otras diócesis para participar en la misa solemne presidida por Mons. Alvaro Beyra Luarca, obispo de Bayamo-Manzanillo y concelebrada con todos los obispos de la Isla que estuvieron acompañados por Mons. Bruno Musaró, nuncio apostólico en Cuba.
En su saludo, Mons. Beyra invitó a los presentes a pedir perdón por los pecados cometidos por ese pueblo durante estos 500 años de historia. Medio milenio que “debemos contemplar a través del prisma de la fe con una mirada histórica-creyente” según expresó durante la celebración, calificada por él mismo como “inusual y única” por la hora, el lugar y sobre todo por el motivo: la celebración de 500 años de fe en Jesucristo.
Durante su homilía hizo énfasis en la historia vivida porque “es importante saber de dónde venimos pero más importante es saber hacia dónde queremos ir” y añadió que “la historia nos muestra que somos esencialmente peregrinos, vivir es peregrinar” por tanto “vivir en una realidad falsa no puede conducirnos a ningún lugar”. El prelado también expresó sus deseos de experimentar una mejor realidad y una mejor comprensión de la misma por parte de todos, algo que permitirá trazar pautas a seguir en el futuro de la nación.
La solemnidad, animada por el Coro Profesional de Bayamo fue ocasión para homenajear a Georgina Esturo Céspedes y Arnaldo Domínguez Oduardo, dos catequistas y pilares de la fe en esa iglesia diocesana. A ambos les fue entregada por manos del Nuncio papal la Augusta Cruz Insigne Pro Ecclesia et Pontífice que confiere el Romano Pontífice a personas de vida intachable que han promovido de alguna forma los intereses de la sociedad, la Iglesia y de la Santa Sede.
Al concluir la misa Mons. Beyra animó a cantar La Bayamesa, pieza estrenada en esa misma catedral en 1868 y que más tarde se convertiría en el himno nacional de Cuba. Y expresó que al cantarlo “renovamos nuestro compromiso de construir una patria con todos y para el bien de todos”.
Bayamo es la cuna de la nacionalidad, en ella nacieron muchos de los hijos más valerosos que ha dado la nación cubana como es el caso de Carlos Manuel de Céspedes, el padre de la Patria. Su partida de bautismo aún se conserva y estaba expuesta en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores como parte de una exposición con imágenes de santos, ornamentos y otros objetos de uso litúrgico perteneciente a siglos pasados y que forman parte de la historia de la iglesia local. El retablo de la capilla es una excelente obra de arte en sí, y además fue éste el único lugar que milagrosamente sobrevivió al incendio de la ciudad en 1869 para impedir la toma por los españoles.
Como parte de la Conferencia de Obispos Cubanos estuvo también presente obispo de Matanzas y tataranieto del iniciador de las luchas independentistas en Cuba. En una entrevista, Mons. Manuel Hilario de Céspedes y García Menocal dijo que “para cualquier cubano amante de su país y de su historia estar aquí hoy es algo grande”. Cuando se fundó Bayamo, el general De Céspedes aún no había nacido pero “hoy se está celebrando la génesis de donde él vendría y de lo cual algo me ha tocado a mí”, por eso, dijo “esta celebración me ayuda a mí y a los que vivimos en esta isla a amarla mucho más y a dar por ella lo mejor de nuestras vidas”, acotó.
Carlos Amador, miembro de la comunidad catedralicia bayamesa expresó que “esta es una oportunidad de mirar hacia atrás y sobre todo una oportunidad de mirar hacia adelante, descubrir qué nos ha fallado y en qué no hemos sido fieles al mandato de Jesús”. Amador indicó que en un principio se había anunciado que la misa sería en la Plaza del Himno, a un lado de la catedral pero finalmente el acto fue dentro del templo. “Eso no ha sido un problema, aunque no conozco la causa de tal cambio, todo ha estado bien, esta es la casa de todos, ha sido una gran fiesta y el que no vino se lo perdió”, comentó.
“Es una alegría que Bayamo esté festejando 500 años de presencia de la Iglesia y de Cristo en estas tierras” dijo Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y primer obispo de Bayamo-Manzanillo cuando fue creada la diócesis en 1995 por el papa Juan Pablo II. El Arzobispo considera que Bayamo “es un pueblo devoto, de fe y creo que la iglesia esta sembrada lo que hay es que seguir regando para que florezca esa fe”.