El paso del tifón Haiyan por el archipiélago de las Filipinas habría dejado unas 1.200 vícitmas mortales, según el saldo provisorio estimado por la Cruz Roja. La zona más afectada es la costa este del país, dónde los vientos llegaron a 315 kilómetros por hora, y donde las autoridades indicaron que la destrucción es inimaginable.
El santo padre Francisco envió un tuit en inglés: 'Les pido a todos ustedes de unirse a mi en la oración, por las víctimas del tifón Haiyan-Yolanda, especialmente por aquellos en las queridas islas Filipinas".
El tifón se dirige ahora hacia Vietnam. Según el gobierno filipino, decenas de aldeas están todavía aisladas y el número de víctimas podría elevarse en las próximas horas.
En una entrevista con AsiaNews, el padre John King, Superior regional del Pontificio Instituto de misiones extranjeras (Pime), señaló que "la mayoría de las zonas afectadas por el tifón están sin electricidad, teléfonos y agua potable".
El sacerdote explica que en los próximos días la Pime colaborará con Caritas y la diócesis local para recolectar ayuda para los desplazados, muchos de ellos ya afectados por el terremoto de magnitud 7,2 ocurrido el 15 de octubre en la provincia de Cebú. "En el momento -agrega el padre Rey- es demasiado pronto para establecer estrategias de emergencias. Las autoridades aún tienen que definir la verdadera magnitud de la tragedia". Mañana en las parroquias se iniciará una primera campaña de solidaridad a favor de las víctimas.
El supertifón Haiyan alcanzó ayer el centro de las Filipinas, golpeando a más de 30 provincias.
Según los meteorólogos Haiyan, rebautizada como Yolanda por los filipinos- es el tifón 25 de 2013 y uno los más poderosos que han atravesado tierra firme. En las próximas horas llegará a la costa sur de Vietnam, donde las autoridades ya han dispuesto la evacuación de más de 800.000 personas y cerraron las escuelas y oficinas públicas.