El nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha realizado esta mañana su primera comparecencia pública tras ser nombrado ayer para el cargo. Nada más llegar a la sala de prensa de la Casa de la Iglesia, el sacerdote pacense ha querido saludar personalmente a cada uno de los periodistas presentes.
Sus primeras palabras han sido de agradecimiento por la acogida recibida tanto por parte del episcopado, como de los profesionales de los medios de comunicación, muchos de los cuales “son viejos amigos” como él mismo ha recordado en alusión a sus muchos años de servicio en la Conferencia Episcopal.
En su intervención, Gil Tamayo ha incidido precisamente en esa idea de servicio y también en la importante labor comunicativa que tiene por delante la Iglesia, para dar a conocer la belleza y la riqueza de todo lo que hace. En esa línea, el secretario y portavoz de la CEE ha recordado que los obispos le han llamado a “servir a la Iglesia en España” y ha afirmando que tiene “un deber irrenunciable: la eficacia, estamos llamados a ser eficaces”.
Refiriéndose a la tarea informativa, esencial en la vida de la Iglesia, el “sacerdote y periodista” (como se ha definido a sí mismo) ha señalado que “comunicativamente, hay que ir por delante. Creo que la Iglesia tiene una voz y ha de transmitir esa voz, de manera respetuosa, en los temas de opinión pública”.
En comunicación, ha afirmado, “la Iglesia podemos y debemos mejorar siempre”. Es más, ha incidido, “la Iglesia necesita salir de las páginas de sucesos y ocupar el lugar que le corresponde por su dimensión religiosa”.
Además, ha subrayado que “la Iglesia se dedica, por mandato desde hace 2000 años, a transmitir una Buena Nueva, que es buena y es nueva, no podemos transmitir calamidades. Esto es lo que está haciendo el papa”.
Preguntado precisamente por el “cambio de aires” que se atribuye a la Iglesia con la llegada del nuevo pontífice, el portavoz de los obispos ha apuntado cómo “para la realidad española es muy importante ese cambio renovador del papa Francisco al igual que ha sido muy importante el magisterio, la profundidad y la humildad de Benedicto XVI, especialmente en sus visitas a nuestro país”.
Gil Tamayo ha insistido también en la necesidad de una comunicación “positiva” del Evangelio en la sociedad actual. “No vamos a ser gente de sacristía ni gente que arrolle la libertad de los demás. Pero tampoco vamos a renunciar a profesar nuestras convicciones”. Eso sí, el secretario de la CEE ha explicado que lo harán “con simpatía, con alegría, con fuerza, para que lo que se refleje en los medios corresponda a la realidad y a la riqueza de la Iglesia en España”.
Ante su posible encasillamiento ideológico, ha indicado: “yo no me siento condicionado por esquemas, porque el secreto de la comunicación es mostrarse como uno es». En todo caso, ha enfatizado, «creo en la transparencia que es la mejor forma de luchar contra el rumor, la desinformación y la pereza de los tópicos».
Finalmente, la nueva cara de la Iglesia en España ha asegurado que va a “comunicar con fidelidad” aquello que determinen los obispos. «Lo de menos será mi opinión, que no cuenta. Lo que cuenta es la opinión de los obispos».
Y, dirigiéndose a los periodistas, José María Gil Tamayo ha reconocido: “os veo como compañeros necesarios para llevar y ejercer la tarea de mediación, por mi parte, desde esta institución con la sociedad. Con los católicos, que por serlo no renuncian a su derecho de una información sobre los asuntos de la Iglesia y al resto de la sociedad, porque la Iglesia tiene una importancia grande en nuestro país”. Además, «creo que hacéis un papel insustituible, necesario, imprescindible para que llegue a la opinión pública lo que la Iglesia tenga que decir».