Un paso adelante en el proceso de reconciliación ruso-polaca. Esto será la Conferencia «El futuro del cristianismo en Europa. El rol de las Iglesias y de los pueblos polaco y ruso», que tendrá lugar del 28 al 30 de noviembre, en la Universidad Cardenal Stefan Wyszynski, en Bielany. El evento ha sido organizado por la Fundación por el Intercambio de Informaciones Católicas asociado a la Agencia Católica de las Informaciones (KAI), en colaboración con la Conferencia Episcopal Polaca y el Departamento de las Relaciones exteriores del Patriarca de Moscú. Recibe además el patrocinio del presidente polaco.
Después del mensaje común firmado en Varsovia por el Patriarca Kirril y del arzobispo Josef Michalik, prosigue por tanto el diálogo entre ortodoxos y católicos y, sobre todo, entre rusos y polacos. Durante la Conferencia, históricos, artistas, obispos y políticos debatirán sobre cómo superar páginas difíciles de la historia común y cómo desarrollar una relación recíproca entre las respectivas Iglesias y sociedades. En el encuentro estará presente la delegación del Patriarcado de Moscú guiada por el metropolita Hilario, responsable de las relaciones eclesiásticas exteriores. Con él estarán también los vértices de la Iglesia católica en Polonia y numerosos intelectuales, artistas, políticos y líderes de movimientos laicales.
El primer día del congreso se ha confiado a los históricos rusos y polacos que discutirán y presentarán el estado de la investigación histórica, cultural y científica hacia una visión común de la historia rusa-polaca. El segundo día del encuentro se centrará en el rol del catolicismo polaco y de la ortodoxia rusa en el plasmar el futuro del cristianismo en Europa.
Invitados de honor: el metropolita Hilarion y monseñor Michalik, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca. En particular, durante la reunión se afrontará el tema importante del proceso de reconciliación entre las sociedades de los dos países.
En el tercer y último día, para finalizar, los expertos rusos y polacos se interrogarán sobre cómo el diálogo comenzado el año pasado por la jerarquía de los dos países puede servir a las comunidades eclesiales.
El encuentro de Varsovia estará acompañado por una oración ecuménica. El 29 de noviembre los participantes de la conferencia participarán además de las vísperas en la Iglesia Catedral Ortodoxa de Santa María Magdalena, bajo la guía de monseñor Sawa. El 30 de noviembre se celebrarán las vísperas en la Basílica Catedral de San Juan en la Ciudad Vieja de Varsovia, bajo la guía del cardenal Kazimierz Nycz.
La Iglesia en Polonia tiene el gran mérito histórico de haber contribuido y de estar aún contribuyendo significativamente en la reconciliación internacional. Se recuerda sobre todo el diálogo con los alemanes comenzado por los obispos polacos en visita a Alemania en 1965 con la famosa carta titulada «Perdonamos y pedimos perdón». Un gesto repetido después con el pueblo ucraniano y ahora con el ruso. Un paso memorable – desde tiempo de la Revolución de octubre – por los contactos oficiales de la Iglesia católica en Polonia con la Iglesia ortodoxa rusa, ha sido el de 1988, durante la celebración del 1000ª aniversario del bautismo cristiano de Rusia. En aquel momento, fue enviado a Moscú el cardenal Józef Glemp, primado de Polonia. Siguieron otras dos visitas del purpurado en 1992 y en 1999, con ocasión del viaje de los católicos a Rusia.
La Virgen Negra de Czestochowa ha sido por lo tanto la que ha desarrollado un rol fundamental en las relaciones entre Polonia y Rusia. Basta recordar la visita a Jasna Góra, el 24 de septiembre de 2009, de los monjes del convento de San Nila Stołobnoje, cerca Ostashkov. Un gesto histórico considerando que en el monasterio fueron arrestados prisioneros polacos, en abril de 1940, para después ser asesinados en Tver.
Los monjes, después de la visita, pidieron recibir una copia del icono de la Virgen de Czestochowa. Y en el momento de la oración llamada «Llamamiento de Jasna Góra», en la capilla de la Virgen, la delegación de la Iglesia Ortodoxa Rusa participó también Arkadij Gubanow, prior del monasterio ortodoxo de San Nil en Stolobienskoje, en la zona de Twer.
En aquella ocasión, el arzobispo metropolita de Czestochowa, Stanislaw Nowak y el padre Izydor Matuszewski, prior general de los padres paulinos custodios del santuario, entregaron después una copia del icono de la Virgen Negra a la delegación ortodoxa rusa.
«Este icono de la Virgen Negra – dijo monseñor Nowak – es un signo de cercanía espiritual y también un símbolo de los dos pulmones de Europa, oriental y occidental, como enseñaba el beato Juan Pablo II».
Siempre en la óptica del diálogo entre Polonia y Rusia favorecido por la Virgen de Czestochowa, se puede ver también la VI Jornada Mundial de la Juventud en Jasna Góra, de agosto de 1991. Bajo la guía de Juan Pablo II, aquella JMJ vio, de hecho, por primera vez, jóvenes procedentes tanto de Europa oriental como de Rusia, participar en un evento común y celebrar juntos.
(Traducido del italiano por Rocío Lancho García)