«Que la Virgen de Guadalupe, San Juan Diego, Santa Teresita del Niño Jesús, San Francisco Javier iluminen la nueva etapa evangelizadora a la que nos invita el Papa Francisco: América misionera, comparte tu fe». Así concluye el mensaje final del IV Congreso Americano Misionero (CAM 4) y Noveno Congreso Misionero Latino-americano (COMLA 9) que se ha celebrado en Maracaibo, Venezuela, del 26 de noviembre al 1 de diciembre. En la clausura del congreso se realizó el envío misionero y el anuncio de la sede del próximo CAM: Bolivia en 2018.
En el mensaje final, piden al Espíritu de Jesús. la valentía y creatividad para realizar «en nuestras comunidades las orientaciones pastorales asumidas en este Congreso Americano Misionero».
También agradecen a Dios, por el papa Francisco «primer papa latinoamericano, quien nos ha enviado un cálido mensaje en el que se alegra por la trascendencia de un Congreso que contribuirá a dar un nuevo impulso a la Misión Continental promovida por Aparecida».
Por otro lado, también piden al Señor que les enseñe «a mirar este mundo cambiante, plural y complejo con esperanza y amor, con profundidad y profetismo. Ayúdanos a encontrar en la Palabra de Dios, centro de la vida y de la misión de la Iglesia, respuesta a un mundo individualista que parece vivir sin sentido».
A nivel de discipulado misionero la propuesta es «agradecer y expresar lo mejor que nos pudo acontecer en la vida, el haber encontrado a Jesucristo haciéndonos discípulos misioneros y renovando el compromiso y el gozo de hacerlo conocer.
Piden también, «conversión eclesial a todos los niveles, desde la escucha de la Palabra que nos lleve a una comunión eclesial que promueva una pastoral profética que denuncie la injusticia».
En cuanto a la secularización se propone «desarrollar un cambio de actitud y mentalidad en todas las estructuras humanas; una nueva mirada de las relaciones: evangelización con rostro humano, incluyendo diálogo y respeto con los gobernantes y sociedades para abogar e incidir por el desarrollo humano, por el campo y la ciudad, en todo el ámbito de la vida política, económica, social, cultural y ecológica. Priorizando la formación en todas las estructuras eclesiales y sociales para emprender ese espíritu del nuevo misionar».
Por otro lado, hablando de pluriculturalidad, se manifiesta la intención de «promover la interculturalidad a través de un acercamiento respetuoso a la diversidad, que iluminada con el evangelio nos lleve a promover acciones pastorales liberadoras, descolonizadoras, con enfoque de derecho y pertinencia cultural. Para ello revitalizando mediante la liturgia inculturada la formación de agentes pastorales y el compromiso apostólico con la realidad social, política, económica y cultural, y el anuncio del evangelio en comunidades excluidas, empobrecidas y marginadas. Para que nuestros pueblos indígenas, afros y culturalmente emergentes tengan vida y vida en abundancia».
Y para concluir, a nivel de Misión Ad Gentes, la propuesta es que «las Conferencias Episcopales en el trascurso de 5 años asuman un lugar de Misión y envíen religiosas, religiosos, sacerdotes y laicos. Para ello deben promover la formación sobre la Misión universal para todos los co-responsables pastorales, a través de itinerarios de formación. Esto también requerirá la creación de estructuras económicas que permitan enviar y recibir misioneros».
Tal y como se indican en el mensaje final, cinco ponencias, 22 foros, celebraciones litúrgicas y diversos testimonios misioneros «constituyeron un nuevo impulso para continuar avanzando en nuestra tarea evangelizadora hacia dentro (Inter Gentes) y hacia afuera (Ad gentes)». Los foros se organizaron entorno de cinco ejes temáticos: Discipulado, Conversión, Secularización, Pluriculturalidad y Misión Ad Gentes.
(RED/RL)