El presidente ruso, Vladímir Putin, ha promulgado el pasado lunes una ley que prohíbe la publicidad del aborto. La nueva normativa suprime la información de todos los servicios médicos destinados a acabar con la vida de los no nacidos, según informa el Kremlin en su página web. La Duma (Parlamento ruso) aprobó el 15 de noviembre esta ley, que recibió el respaldo del Senado el pasado día 20. La medida ha sido promovida para incrementar la natalidad en un país afectado por el alarmante envejecimiento de su población.
En esta misma línea, hace tres semanas tuvo lugar en Moscú una cumbre demográfica bajo el lema “La Familia y el Futuro de la Humanidad” en la Universidad Social Estatal Rusa. El evento auspiciado por el movimiento provida reunió a unos mil participantes y recibió el apoyo del propio presidente Medvedev, del primer ministro Putin, del Patriarca de Moscú Kirill y de altos representantes de la Duma.
En un comunicado, Medvedev reconocía que “la fuerte disminución de la población, que provoca una densidad tres veces inferior al promedio mundial, produce un debilitamiento de la influencia política, económica y militar de Rusia en el mundo”.
No sorprende entonces que en este país hayan firmado, días atrás, la mencionada ley que entre otras cuestiones, obliga a las clínicas a informar sobre los peligros del aborto para la salud de la mujer, como la pérdida de la fertilidad.
Según algunos observadores esta ley sólo es un primer paso ya que algunos políticos piensan proponer nuevas disposiciones para limitar los abortos.
La diputada Elena Mizulina, presidenta de la comisión para la Familia, la Mujer y la Infancia de la Duma, ha denunciado recientemente que “el aborto en Rusia es algo tan fácil como comprar un botella de vodka” y ha afirmado que el tema “está en plena evolución”.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, las mujeres rusas se someten a una media de dos abortos a lo largo de su vida y un 20 por ciento de las parejas son incapaces de tener hijos debido a abortos mal practicados.
Para combatir la interrupción de los embarazos en Rusia, se ha propuesto también prohibir los abortos gratuitos en los centros de salud administrados por el gobierno; exigir prescripciones para la ‘píldora del día siguiente’; pedir el consentimiento de los padres para los adolescentes, el consentimiento del marido para las mujeres casadas, y establecer una semanas de período de espera antes de realizar un aborto. Otras propuestas incluyen el aumento de la actual subvención pública de 2.000 rublos (70 dólares) a las mujeres embarazadas.
En septiembre de este año, la viceministro de Salud Tatyana Yakovleva anunció que el número de abortos en Rusia se había reducido en una cuarta parte en los últimos cinco años, pero continua siendo muy elevado. Según el Ministerio de Sanidad, este país tiene uno de los índices más altos del mundo con más de un millón de abortos anuales, aunque otras fuentes hablan de varios millones.
En 1920, durante la era soviética, Rusia se convirtió en el primer país del mundo en legalizar los abortos.