El obispo de San Cristobal de las Casas, Felipe Arizmendi y el obispo auxiliar Enrique Díaz Díaz, fueron recibidos este jueves en el Vaticano por el santo padre Francisco. ZENIT les encontró y les pidió si podían compartir con nuestros lectores las impresiones de este encuentro y algo sobre la situación de la diócesis. Y es lo que les proponemos aquí a continuación.
“Vinimos a Roma para conversar con el papa Francisco y algunos de sus colaboradores, con varias congregaciones, como la del Culto Divino, la del Clero, la de los Obispos, y el viernes con Doctrina de la Fe”, indicó Mons. Arizmendi. Y añadió: “El hecho que nos hayan puesto la cita con el papa el 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe, lo hemos interpretado como un regalo de la Virgen y una intercesión de Ella por los indígenas”.
“El papa -nos indicó el obispo de Chiapas- nos recibió con mucho cariño con mucha comprensión. Está saliendo de una gripe, pero con un ánimo y unas ganas de servir y trabajar increíbles, de veras. Muy cordial".
Y prosiguió: “El jueves cuando me recibió me dijo: 'Se acuerda que usted estuvo en Buenos Aires dándonos unas conferencias sobre el tema de pastoral aborigen', como le llaman allá a la pastoral indígena. De hecho cuando Bergoglio era presidente de la Conferencia Episcopal fui para compartir las experiencias que tenemos”.
Sobre la cuestión indígena, el obispo de San Cristobal no tiene dudas: “El papa conoce el asunto que le presentamos. Empezó diciéndonos: 'Yo sé esto, esto y aquello, completen ustedes...'. Él conoce el tema de los indígenas, estuvo en Aparecida presidiendo la comisión de redacción central y allí se trató mucho”.
“Al santo padre -prosiguió el obispo mexicano- le señalamos la cuestión de los indígenas, porque en nuestra patria, en concreto en Chiapas hay muchos y pertenecen a cinco etnias principales. Y entre los pobres, ellos los indígenas son pobres, pobres”. El obispo auxiliar matizó que “estas personas tienen no solamente un idioma propio, sino que también viven sus costumbres, sus ritos, sus símbolos y sus vestidos. Y además hay dialectos o regionalismos dentro de cada idioma. Además, un punto importante es que, entre ellos no existen rivalidades étnicas”.
Sobre un viaje del papa a México Mons. Arizmendi fue claro: “Invitar al papa no nos toca, y tenemos que ser realistas, no podemos estar insistiendo mucho y querer acapararlo. Como él ha dicho, ni si quiera ha viajado a su propia patria, no por falta de cariño pero por responsabilidad universal”.
Sobre la cuestión indígena recordó que su diócesis, “San Cristobal de las Casas fue establecida en 1539 y su primer obispo fue Bartolomé de las Casas, de allí el nombre de San Cristobal de las Casas. Nosoltros somos los obispos 38 y 39”.
“Cuando estamos con ellos -refiriéndose a los indígenas- entramos en otro mundo, en otra cultura, nuestra responsabilidad no es destruirla pero al contrario, conocerla, respetarla y valorarla. Por ello hemos traído a Roma, a la Congregación para el Culto Divino, la solicitud para que autoricen la traducción de la misa a los dos principales idiomas, el Tzotzil y Tzeltal que ya fue aprobada por la Conferencia Episcopal Mexicana con sus comisiones de biblia, liturgia, cultura, indígenas y doctrina de la fe”.
Precisó que “la Biblia ya está traducida al Txeltal y la estamos traduciendo al Tzotzil” y añadió que “en estas zonas celebramos en los propios idiomas. Buscamos ahora la aprobación definitiva 'la reconitio' de algo que se ha ido purificando, indicó Mons. Díaz Díaz”. Añadió que las confesiones también se realizan en los idiomas locales, que Mons. Díaz Díaz conoce bien, aunque Mons. Arizmendi reconoció que “con lo que sé me logro arreglar”.
Ilustró que en la actualidad de los 66 seminaristas 32 son indígenas, y hay 6 sacerdotes indígenas. “El rector del seminario es indígena y en la universidad nos indicaron: 'Es uno de los alumnos más brillantes que hemos tenido'. El papa estaba muy contento por estas novedades. Le presentamos además el evangeliario en una edición artística, en idioma Tzeltal”.
Sobre la ordenación de los nuevos diáconos permanentes de origen indígena, Mons. Arizmendi precisó que “estuvimos viendo la posibilidad de ordenar más diáconos permanentes, tenemos en este momento un poco más de trescientos, todos casados menos uno. Ellos son agentes preparados y cercanos a su cultura, hablan en su idioma, conocen la vida de sus pueblos”.
“Cuando llegué -recordó el obispo de San Cristobal de las Casas- había unos 360 y la Santa Sede consideró que había demasiados diáconos respecto al número de sacerdotes. Pero Dios nos ha bendecido con más sacerdotes y de 66 que había hace 13 años, ahora tenemos 98 y cada vez son más los de origen nativo. Tenemos también más de 60 seminaristas todos del Chiapas y algunos del estado vecino ya integrados”.
El papa Francisco es muy querido por la población, dijo, e indicó que “lo ven con mucha simpatía y con mucha esperanza, eso sí, lo hemos percibido en todas partes”. Matizó que además “en mi concepto el papa Benedicto es un monumento, por su sencillez, su cercanía y su afecto, a pesar de la fama que le habían hecho de alemán rígido. Y todos decíamos te mira a los ojos y sabe lo que hablas y te comprende. Lo mismo respecto a los otros pontífices yendo hacia atrás, pero son estilos distintos, si bien el fondo no cambia”.
“La gente a Francisco quiere no solamente sentirle, pero también tocarlo. Nos sucede también allá que después de la bendición con el báculo nos acercamos con la gente, y la gente quiere esa cercanía física que es bien importante”, dijo.
“Los temas de México, como en mayo tendremos la visita ad límina, no quisimos adelantarlos pero son: narcotráfico, violencia y pobreza. La violencia ha afectado mucho, no solamente al turismo que es una fuente de riqueza”.