Cuando quedan tan solo unos días para que se cumpla un año de la histórica renuncia de Benedicto XVI, el que fue su secretario de Estado ha concedido una entrevista a la televisión italiana Tgcom24. El cardenal Tarcisio Bertone cuenta cómo fueron sus años junto al papa emérito y habla sobre el IOR, el escándalo Vatileaks y sus proyectos para el futuro.
«La satisfacción más grande ha sido la de la cercanía a los papas que se han sucedido, sobre todo en mi servicio como Secretario de Estado con el papa Benedicto XVI y en los primeros siete meses de pontificado con el papa Francisco. Es un don, un privilegio», ha afirmado el cardenal.
Por otro lado señala que si hay algo que le ha disgustado no conseguir hacer es «frenar críticas tan despiadadas, en mi opinión infundadas contra el papa Benedicto XVI y contra sus primeros colaboradores».
Recientemente el Papa ha nombrado una nueva comisión cardenalicia de vigilancia del Instituto para las Obras de Religión. El cardenal Bertone era el anterior presidente de esta comisión y ha sido cesado en su mandado antes de cumplir el tiempo natural. Al respecto, el purpurado señala en la entrevista que su sustitución junto con la de los otros miembros de dicha comisión, «creo que haya sido una decisión también fisiológica: cambiando el Secretario de Estado, que en los últimos decenios ha cubierto el rol de presidente, era natural que cambiara también yo, aunque si bien parece que el Secretario de Estado ya no será presidente».
Sobre la gestión del IOR, el purpurado reconoce que «en los lustros pasados ha habido comportamientos deplorables que han proyectado sombras sobre el Instituto para las Obras de Religión». Pero también informa que «en los últimos años se había comenzado un trabajo de limpieza, de reorganización administrativa también con las nuevas leyes sobre blanqueo de dinero y con la adecuada vigilancia sobre los clientes del IOR». Un trabajo que ha llevado a mucha transparencia y que ahora «está creciendo con el empuje del papa Francisco y de la comisión referente instituida por él», observa.
También se ha hablado en la entrevista sobre las «tan esperadas reformas» que se espera que Francisco lleve a cabo en su pontificado. En relación a esto, el cardenal Bertone dice que «espero que sí, porque tiene este proyecto, porque de su experiencia como obispo y cardenal de las iglesias de periferia y de su contacto con Roma ha madurado la visión de una necesidad de algunos cambios». Del mismo modo reconoce que esta reforma necesita mucho estudio y debate entre las partes interesadas, «las iglesias particulares y la Santa Sede». Además afirma que no es necesario tener prisa y que hay que dar tiempo al Papa para estas reformas.
Afrontando el asunto del ecumenismo y el diálogo interreligioso que en este pontificado puede dar un impulso, y en relación con el viaje a Tierra Santa de Francisco, el purpurado ha subrayado «la multiplicidad de los encuentros que el Papa ya ha tenido con los representantes y las jerarquías de las diversas confesiones y de las comunidades cristianas». Aunque señala que es necesario distinguir entre el diálogo teológico y el diálogo fraterno, teniendo en cuenta que el teológico es más exigente. Pero «esperamos este gran encuentro [entre Francisco y Bartolomé] que será una piedra angular en el camino, esperemos rápido, ¡hacia la unidad de los cristianos!»
Por otro lado afirma que «las heridas se pueden curar, creo que con el impulso de este Papa que comunica alegría y entusiasmo y proyectos de vida».
Y una de las heridas más reciente de las que ha hablado ha sido del escándalo de Vatileaks con el robo de documentos personales del papa Benedicto XVI. Esta época, el cardenal Bertone la recuerda como «un periodo de gran sufrimiento». Y añade que «sobre todo por la falta de amor a la Iglesia que se percibía en todas estas acciones y publicaciones de documentos que debían permanecer reservados para permitir también un diálogo interno en la Iglesia para corregir ciertos comportamientos». Pero cuenta que estos momentos difíciles suscitaron una gran corriente de oración, de cercanía y de solidaridad con el Benedicto XVI y con la Santa Sede.
Al respecto, añade que espera que esté todo terminado y sea una página cerrada «aunque no excluye que haya todavía documentos que están allí en reserva para ser sacados a la luz». E indica «pero creo que ya el tiempo, la atmósfera, la red de relaciones ha cambiado mucho. Veo que hay una gran confianza que reina dentro de la Iglesia».
El cardenal ha afirmado que ve de vez en cuando al papa emérito y se telefonean con frecuencia. La última vez que lo vio fue el pasado 26 de diciembre, cuando Benedicto XVI acudió a su apartamento para comer juntos. «Estaba en perfecta forma, físicamente e intelectualmente. Siempre muy vivaz, muy lúcido y dotado siempre de una memoria formidable».
Sobre su futuro, el cardenal Bertone informa que está pensando en publicar un libro sobre fe y deporte y también sus memorias, «tengo un archivo muy rico, por lo que puedo ver de nuevo, recorrer de nuevo estos años con una documentación objetiva de los hechos sucedidos, y dar una relectura que quizá será útil para poner de nuevo en su sitio algunas interpretaciones que quizá se han ido fuera de las líneas».