Miles de personas manifestaron este domingo en Francia ante una serie de medidas contrarias a la familia, adoptadas por el gobierno socialista del presidente Francois Hollande. Entre ellas la aprobación de la ley de bodas gay y la posibilidad de que estas parejas adopten niños. En un número que oscila entre 80 mil y 500 mil según la policía y los organizadores, marcharon con el lema 'Familia, educación, solidaridad, dignidad'.

Los manifestantes están agrupados por el movimiento “La manif pour tous” (La manifestación para todos) que el año pasado, llevaron a las calles aproximadamente a un millón de personas para protestar contra el proyecto de matrimonio homosexual y la adopción por parte parejas del mismo sexo, actualmente reunidos en la “ley Taubira”.

Los manifestantes van desde sectores conservadores católicos hasta musulmanes, judíos, asociaciones laicas y asociaciones gay que no comparten ni las bodas gay, ni las adopciones por homosexuales.

Se sumaron un gran número de padres franceses que en los últimos días no han llevado a sus hijos a la escuela, para boicotear una asignatura experimental sobre la 'teoría de género', denominada ABCD de la igualdad, impuesta por el Ministerio de Educación francés.

El llamamiento al boicot de las escuelas fue particularmente seguido y según los medios locales, en algunos centros el absentismo escolar llegó a un tercio del alumnado y en algunos departamentos incluso del 50 por ciento.

Ante esta situación, el ministro francés de Educación, Vincent Peillon, se vio obligado este martes pasado declarar que según él en las escuelas francesas no se enseña la homosexualidad a los niños.

Los manifestantes lamentan también la liberalización del aborto aprobada por la Cámara de diputados y señalan el peligro de que el próximo paso sea la reproducción asistida para lesbianas o la el alquiler de vientres, a través de una ley que debería ser presentada al parlamento el próximo mes de abril.

Esta marcha se produce una semana después de las protestas contra el gobierno de Hollande que produjo fuertes desordenes, 19 policías heridos y más de 200 detenidos. El ministro del interior Manuel Valls adviritó: “Las consignas son muy claras: no toleraremos ningún desbordamiento, ningún exceso violento, ningún ataque contra la policía”.

"No se ha producido ninguna violencia", indicaron los portavoces de 'La Manif pour Tous', al final de la multitudinaria manifestación y reiteraron que no se trata de una cuestión política, sino de principios.