Este lunes se conmemoran los 29 años de la visita al Cusco del beato Juan Pablo II, un acontecimiento extraordinario y de profunda fe para todos los fieles. En muchos de ellos todavía resuena el mensaje de paz que trajo el "Papa Viajero", y que tanta falta hacía en aquella época de crisis económica y de terrorismo.</p>

En esta fecha, los cusqueños recuerdan también aquella mañana lluviosa de 1985 en la que casi medio millón de personas se reunieron en la explanada de la fortaleza Saqsayhuaman, para que el Pontífice polaco coronara a la venerada imagen de la Virgen del Carmen sobre un altar levantado sobre el trono del Inca. 

"A todos vosotros y a los que no han podido venir, aun deseándolo, os saludo con un abrazo fraterno; a los llegados de los departamentos del Cuzco, de Puno o Apurímac, así como a los procedentes de otras regiones del Perú o que en ellas se dedican a las tareas agrícolas", dijo entonces el Santo Padre.

"Con esta visita hasta las alturas andinas, el Papa desea manifestarles el amor profundo que siente por vosotros, su vivo respeto ante vuestras condiciones culturales y sociales, el aliento que querría daros para que vuestra vida sea cada vez más digna de hombres y de cristianos", añadió el Pontífice.

En otro momento de la coronación, Juan Pablo II también se refirió a la religiosidad popular y a la fe expresada por los campesinos allí congregados: "En vosotros, amadísimos hijos campesinos, la fe y religiosidad cristiana que profesáis os han hecho sentir hondamente a Jesucristo en lo íntimo de vuestro ser; y se han plasmado -a través de los siglos- en las manifestaciones de devoción que celebráis a lo largo del año. Son vuestras procesiones -con las que exteriorizáis de modo comunitario y público vuestra vivencia cristiana- y vuestras peregrinaciones a los grandes santuarios del Señor de Huanca, del Señor de Koylloriti, de la Virgen de Cocharcas, vuestra devoción profunda y sentida al Señor de los Temblores, vuestra piedad eucarística expresada en las fiestas del Corpus, vuestro sentimiento filial hacía María, la Virgen Santísima Madre de Dios y nuestra, bajo múltiples advocaciones".

Y concluyó asegurando que esa religiosidad popular "ha sellado vuestra alma, como la de América Latina, marcando su identidad histórica. Purificad y aumentad cada vez más vuestro conocimiento y amor a Cristo, siguiendo las enseñanzas de vuestros obispos y sacerdotes".

Con motivo de este viaje del Papa y del aniversario de la coronación de la imagen de la Virgen, como cada año, en la ciudad del Cusco se oficia la Santa Misa en el templo de Santa Teresa a las 6 de la tarde; mientras que en la provincia de Paucartambo, la celebración de la Eucaristía es presidida por el vicario episcopal para la Pastoral, Mons. Fredi Aparicio Quispe, a las 10 horas. 

Este año el arzobispo del Cusco, Mons. Juan Antonio Ugarte Pérez ha invitado "a celebrar con oración este magno acontecimiento, haciendo propicia la ocasión para rogar a Dios y a nuestra Madre en la advocación de la Virgen del Carmen, para que las tormentas sean piadosas, para que la solidaridad sea permanente y para que unidos todos podamos ayudar a nuestros hermanos a reconstruir sus viviendas que fueron totalmente destruidas", informa la web del Arzobispado.

La Virgen del Carmen en Paucartambo atrae la atención de los visitantes por su singular belleza, encanto sobrenatural, y el enorme cariño con que la honran sus paisanos.

La festividad en ésta localidad se caracteriza por la presencia  de cuadrillas de bailarines, quienes lujosamente ataviados bailan, para la Virgen del Carmen por calles estrechas de dicha localidad, desde la víspera, hasta recibir la bendición hasta el próximo año.

Mientras tanto en la Ciudad Imperial, las matronas y los mayordomos encargan misas de fiesta en su honor en los diversos templos del Cusco.

El culto a la también conocida como 'Mamacha Carmen' se ha mantenido vivo por más de tres siglos.