Un encuentro de un grupo de hermanos con su hermano mayor. Así es como don Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos, ha definido el encuentro que la mañana del 24 de febrero han tenido los obispos de las provincias eclesiásticas de Burgos y Pamplona, los primeros de la Visita Ad Limina de los obispos españoles. Durante dos horas, los diez obispos han compartido con el Papa Francisco las preocupaciones e inquietudes que traen desde sus respectivas diócesis. En un ambiente muy cordial y fraterno se ha desarrollado este encuentro de diálogo entre hermanos.
Poco después de que el cardenal Bergoglio fuera elegido Papa, supimos que el nuevo pontífice había sido obispo titular de diócesis de Auca, hoy Villafranca Montes de Oca de Burgos. Y tras este encuentro con don Francisco Gil Hellín, sabemos que el Papa se acuerda de Burgos y que además estuvo allí.
Publicamos a continuación la entrevista que ZENIT ha realizado a monseñor Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos.
-¿Cómo ha sido el encuentro con el Santo Padre?
–Monseñor Gil: Ha sido algo que no podía ni preveer. Precedentemente la Visita Ad Limina conllevaba un encuentro personal con el Santo Padre. Yo ese primer encuentro con Juan Pablo II y era ya en un momento tan grave para él, que no pudo terminar la Visita con los españoles. Sí sabíamos que esta vez no iba a ser un encuentro personal sino en grupo de dos provincias eclesiástica. El clima que se ha establecido ha sido rico, abundante, con gran sencillez y libertad. Yo como primero de esas dos diócesis y además mayor en edad y como arzobispo, he sido el primero en saludar al Papa. En nombre de mis hermanos le he agradecido y confirmado ese principio de fe de los pastores de las Iglesias particulares que necesitan encontrarse con su hermano mayor, el sucesor de Pedro y ser confirmados en la fe y en cómo llevan sus Iglesias.
Le he hecho una panorámica de nuestras diócesis, sobre todo de Castilla y León. Diócesis que están perdiendo mucho población, pueblos pequeños en los que quedan pocos habitantes, población un tanto envejecida con una fe consustanciada a su vida y también existe otra franja de edad más joven más débiles en la fe y menos formación. Otro tema afrontado ha sido la avanzada edad del clero y con ello como consecuencia el problema de la falta de vocaciones, algo que se puede estar produciendo también en parte por la disminución de la natalidad.
Cuando el Santo Padre me ha visto, me ha reconocido. Además he sabido que él estuvo en Burgos, con don Segundo García de Sierra, antiguo arzobispo de Burgos. Le he preguntado también si conocía su antigua sede de Auca, pero me ha dicho que no.
Durante las dos horas de encuentro, ¿el Santo Padre preguntaba o sólo escuchaba?
— Monseñor Gil: Él intervenía. En algún momento él se sentía un poco como en el deber de responder a las cuestiones que planteábamos, en un momento dado nos ha dicho que algunas cuestiones no eran necesariamente que él tenía que contestar sino que teníamos que dialogarlo entre todos. Lo que deseábamos todos era escucharle. Le hemos dicho también que es un fenómeno, su sencillez y estilo que ha tocado el corazón de tantas personas, que muchos se están acercando de nuevo a la Iglesia. También hemos hablado sobre la confesión, dedicarnos a ello con corazón misericordioso pero acogiendo a nuestros hermanos y ayudándoles, así somos verdaderos pastores.
Ha subrayado mucho el valor de la piedad popular, una iniciativa de los laicos pero que también es el encuentro con los sacramentos, el clero…. Relacionado este tema también se ha tratado de los consejos de pastoral. Alguno de nosotros le ha contado al Santo Padre que hace poco salió en muchos medios lo que dijo sobre los consejos parroquiales que no son «una democracia», porque si no acabarían siendo, «una anarquía». Al Papa le ha sorprendido cuando se lo hemos dicho ha preguntado ‘¿pero también eso han publicado?’
En estos días visitarán también los dicasterios, ¿qué esperan de estas visitas?
— Monseñor Gil: Esta mañana hemos estado con la Congregación para los Obispos. Hemos tenido una panorámica de las preocupaciones de los obispos, y también del Prefecto. Han saludo cuestiones que lleva en el corazón el pastor. No nos hemos centrado en la preocupación doctrinal, sino más bien en la misión. Han salido cuestiones que nos preocupan mucho en España: matrimonio, familia, aborto, ideología de género… Temas que también han salido con el Papa. El prefecto de la Congregación, el cardenal Ouellet nos ha explicado que en Canadá desde que se introdujo el aborto, en estos años, esto ha ido distorsionando las conciencias.
Hablaba antes del estilo y la sencillez de Francisco ¿Cómo entiende usted este ‘fenómeno’ Francisco?
— Monseñor Gil: Yo he notado que alguna gente, menos centrada, estaba como queriendo descubrir en Francisco una rubrica que apoyaba sus tesis. Y poco a poco se están dando cuenta que doctrinalmente no va a cambiar nada. Yo al Santo Padre le he dicho que esa actitud suya nos ayuda a nosotros dar pasos, en cosas que a lo mejor no lo hubiéramos dado. Muchas veces la figura del obispos parece algo lejano y no, estamos viendo en la figura del Papa cómo es compatible la cercanía, la comprensión y a la vez el anuncio de la alegría del Evangelio.
Precisamente sobre la alegría del Evangelio trata la primera exhortación apostólica de Francisco
— Monseñor Gil: Sí, de hecho ha habido compañeros que han subrayado mucho que la exhortación está siendo muy acogida y llevando a mucha reflexión.
Durante la visita ad límina tiene ocasión de hablar también entre ustedes, los obispos españoles, ¿están compartiendo y hablando sobre preocupaciones, desafíos, retos…?
— Monseñor Gil: Precisamente el Santo Padre nos ha hecho retrasar la Plenaria una semana y es una Plenaria en la que habrá elecciones. Una preocupación mía, y se la he expuesto al Santo Padre es que no existiera una comisión específica para la familia en la CEE. El Papa se ha sorprendido cuando se lo ha dicho, él también nos ha compartido esta mañana su preocupación por la familia. En mi opinión hablar y cuidar la familia es el puente y la conexión que nos une con los fieles. También en el encuentro con el prefecto de la Congregación para los obispos, un compañero ha dicho que quizá estamos haciendo documentos perfectos sobre matrimonio y familia pero no lo suficientemente directos, perfectos en formulación pero quizá no llegan a la gente.