"Recemos hoy juntos por Su Santidad Benedicto XVI, un hombre valiente y humilde". Es la petición que el  Santo Padre Francisco ha hecho esta mañana a través de la red social twitter, hoy 11 de febrero, día que se cumple un año de la histórica decisión del papa Ratzinger de renunciar al ministerio petrino.

Un papa cuyas primeras palabras como pontífice el 19 de abril de 2005 fueron: "Después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones". Mientras que para despedir su pontificado, ya desde la ventana de Castel Gandolfo, Benedicto XVI anunció: "Soy simplemente un peregrino que empieza la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera trabajar todavía con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, por el bien común y el bien de la Iglesia y de la humanidad".

Y así lo hemos visto durante estos últimos 12 meses. Un año en el que el pontífice alemán reza, lee, estudia, recibe visitas, pasea y se pone al día con su correspondencia privada.

La primera ocasión que se le vio públicamente después del 28 de febrero, día que finalizó su pontificado, fue el 23 de marzo. El recién elegido papa Francisco acudió a Castel Gandolfo para visitarlo. Tres imágenes pasarán a la historia de ese primer encuentro entre los dos pontífices. El abrazo en el helipuerto, la oración juntos en la capilla y el inicio del coloquio en la Biblioteca. Y una frase de Francisco "somos hermanos", cuando el papa emérito quiso cederle el puesto a Francisco. Finalmente ambos se arrodillaron en el mismo banco para rezar.

Unos días después, Benedicto XVI cumplía 86 años. Y Francisco pidió por papa emérito: “Hoy es el cumpleaños de Benedicto XVI, ofrecemos la misa por él”, dijo al iniciar la celebración eucarística cotidiana en la capilla de la residencia de Santa Marta. Y añadió: “Para que el Señor le conforte y le de mucha consolación”.

El nuevo encuentro entre ambos papas tuvo lugar el 2 de mayo, cuando el Benedicto XVI regresó al Vaticano para instalarse en su nueva residencia: el 'Mater Ecclesiae'. Allí le recibió Francisco, "con gran fraternidad y cordialidad", informó la Sala de Prensa de la Santa Sede. Juntos se trasladaron a la capilla del monasterio "para un breve momento de oración". Asismimo, el comunicado de prensa afirmaba que "ahora se siente contento de regresar al Vaticano, al lugar donde desea dedicarse, como el mismo lo anunció, el 11 de febrero pasado, al servicio de la Iglesia, sobre todo con la oración".

Fueron pasados los días y las semanas. Y fue el 5 de julio el día que pudimos ver de nuevo al papa emérito. El santo padre Francisco consagró ese día el Estado de la Ciudad del Vaticano a san Miguel Arcángel y a san José, con motivo de la inauguración del nuevo monumento a San Miguel Arcángel. Y allí se encontraba Benedicto XVI.

Cuando el intenso calor llegó a Roma, el papa emérito permaneció en el Vaticano pero hubo un día, el 18 de agosto, que acudió unas horas a Castelgandolgo.  Pasó unas tres horas, en las que paseó por los jardines del palacio, rezó el rosario y asistió a un concierto de música clásica de piano.

Y fueron sus ex-alumnos los que pudieron compartir con él una celebración eucarística en la capilla de la Gobernación en el Vaticano. El llamado «Ratzinger Schulerkreis» que se realiza desde hace 38 años para profundizar temas teológicos, se celebró el año pasado del 29 de agosto y finalizó el lunes 2 de septiembre. Y aunque por primera vez el papa Ratzinger no acudió al encuentro anual, sí reservó este momento para ellos. Durante la homilía, Benedicto XVI comentó el Evangelio del día afirmando que "quien en este mundo y en esta historia quizás se empuja hacia adelante y llega a los primeros puestos, debe saber que está en peligro; tiene que mirar aún más al Señor, medirse con Él, con la responsabilidad hacia los demás, debe volverse una la persona que sirve, que en realidad está sentado a los pies de los otros, y así bendice y a su vez se vuelve bendito”.

El matemático italiano Piergiorgio Odifreddi recibió el pasado 3 de septiembre un carta muy especial. Un sobre sellado, con once folios con fecha del 30 de agosto y firmada por Benedicto XVI. Un texto que ocupó los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo recogiendo las palabras del Papa emérito. En la carta, Benedicto responde a Caro papa, ti scrivo (Querido papa, te escribo) (Mondadori, 2011), libro escrito por Odifreddi. La fe, la ciencia y el mal, son los argumentos de la larga carta de Benedicto XVI en la que le explica a Odifreddi, entre  otras muchas cosas, que una función importante de la teología “es la de mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión”.

 Raphael Louis Sako I, patriarca caldeo y arzobispo de Bagdad, contó algunos detalles sobre la visita que los patriarcas orientales --en Roma para la Plenaria de la Congregación para las Iglesias orientales-- realizaron al papa emérito el 23 de noviembre."Hemos tenido un encuentro amistoso, le hemos preguntado por su salud y él nos preguntó por la situación en Oriente Medio y por la situación de los cristianos allí", contó. En ese encuentro, Benedicto afirmó que todos los días rezo por Irak, Siria y por el resto de Oriente. Y ante la invitación a que visitara Irak, respondió: "estoy envejeciendo y soy un monje que decidió pasar el resto de su tiempo en la oración y en el descanso".

Y como no podía ser de otra manera, las fechas navideñas fueron también momentos para volver a ver al papa emérito XVI. La tarde del 23 de diciembre, Benedicto XVI acogió al papa Francisco en el interior de su residencia, donde rezaron juntos y compartieron un tiempo de coloquio. Y el dia 27, Benedicto XVI le devolvió la visista al acudir para el almuerzo a la Casa de Santa Marta.

Las últimas imágenes que se tienen del papa Ratzinger son del 15 de enero, día que monseñor Georg Ratzinger, hermano mayor del Papa emérito, cumplía  90 años. Ambos amantes de la música y por ello esa tarde acudieron a un concierto, al que asistieron unas 40 personas. Una hora de música a cargo de dos pianistas, un tenor y un violinista.

Durante la estancia de monseñor Ratzinger en el Vaticano estas Navidades, tuvo que acudir, el viernes día 3 de enero, al hospital policlínico de Roma para hacerse una pruebas. Al día siguiente, Benedicto XVI acudió al hospital para poder visitar a su hermano, al que le dieron el alta ese mismo día.