El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, ofició este lunes el funeral de Estado por el ex presidente del Gobierno de España, Adolfo Suárez, en la catedral de la Almudena.
Los Reyes, acompañados por los Príncipes de Asturias, acudieron al principal templo de la capital para participar en la ceremonia fúnebre, a la que también asistieron el Gobierno casi al completo, todos los presidentes autonómicos y numerosos representantes extranjeros.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, cuyos compromisos comunitarios le obligaron a viajar a Atenas, fue el único miembro del Ejecutivo ausente en el funeral. El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y su esposa, Elvira Fernández, recibieron junto a Adolfo Suárez Illana, hijo del ex presidente, a los Reyes y a los Príncipes a su llegada a la catedral.
Don Juan Carlos y Doña Sofía, así como Don Felipe y Doña Letizia, saludaron de forma afectuosa a Suárez Illana antes de dirigirse al lugar en el que les aguardaba el arzobispo de Madrid. El cardenal Rouco acompañó a los Reyes y a los Príncipes al interior del templo, mientras se interpretaba el himno nacional, antes de dar comienzo la celebración.
En su homilía, el purpurado destacó la vida al servicio de España de Suárez: “El Misterio de Cristo del que hacemos memoria en esta celebración eucarística por nuestro querido hermano Adolfo, cuya vida al servicio de España nos resulta inexplicable sin la fuerza inspiradora y motivadora del amor cristiano. Al avivar los recuerdos de su larga, limpia y generosa trayectoria en esta hora de la prueba decisiva, no se nos impone el convencimiento de que a el también le apremiaba el amor de Cristo, del que hablaba San Pablo. ¡Su familia, sus queridos hijos y nietos, dirán sin vacilar, que sí!”.
Y añadió que el presidente de la Transición “sirvió a los españoles con rectitud y fortaleza ejemplares en uno de los momentos más cruciales y delicados de su historia contemporánea”.
El arzobispo de Madrid también dedicó parte de sus palabras a la etapa en la que el político se centró en el cuidado “tierno y sacrificado de su esposa y de los hijos”, después de la retirada de la vida pública. Lo que para el cardenal Rouco es, sin duda, “una buena y hermosa lección para los católicos de esta España de hondas raíces cristianas”.
La familia de Adolfo Suárez ocupó gran parte de los bancos de la nave central de la catedral. Delante de ellos, frente al altar, se colocaron cuatro sillas para los Reyes de España y los Príncipes de Asturias. El Gobierno y las autoridades nacionales se situaron en la nave lateral izquierda, mientras que las autoridades extranjeras se colocaron en la nave central derecha.
Entre las autoridades del Estado, estuvieron presentes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los del Congreso y el Senado, Jesús Posada y Pío García-Escudero; el del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y el del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes.
En primera fila estaban los tres ex presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. En la otra nave, se situaron las autoridades extranjeras, con el presidente de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, a la cabeza. En la misma zona, pero en otro banco paralelo, estuvieron el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el viceprimer ministro de Reino Unido, Nick Clegg; y el primer ministro de Marruecos, Abdelilah Benkirán.
Por detrás de ellos, el resto de los invitados internacionales entre los que destacaron el presidente del Senado de la República Francesa, Jean-Pierre Bel; el viceprimer ministro de Portugal, Paulo Portas; el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, y el viceprimer ministro de Bulgaria, Tsvetan Tsvetanov.
Representando a Estados Unidos, asistieron al funeral el secretario de Estado de la Armada, Ray Mabus, y el senador Robert Graham. Además, acudieron el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe; el vicepresidente de la República Argentina, Amado Boudou, y el vicecanciller de Cuba. En total, participaron más de 300 autoridades que, finalizada la misa, se quedaron a dar el pésame a la familia del ex presidente Suárez.