El embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la Santa Sede, Germán Mundaraín Hernández, declaró hoy a ZENIT que el secretario de estado Pietro Parolín está dispuesto a viajar a Venezuela para mediar en la difícil situación en que se encuentra el país.
Precisó entretanto que “debido a que Mons. Parolín tiene una agenda muy llena en estas semanas debido a las festividades de Semana Santa así como a la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, aún no ha fijado fecha, si bien está decidido a ir”.
Indicó que “Mons. Parolín es muy apreciado por la labor que realizó en Venezuela cuando estuvo como nuncio apostólico, y que el actual nuncio, Mons. Aldo Giordano, mantiene siempre esa posición equilibrada de la Santa Sede” y reconoció la experiencia internacional que tiene “pues viene como Observador permanente del Consejo de Europa”.
En cambio, consideró el embajador, “la posición de la Conferencia Episcopal Venezolana no es la misma que la mantenida por el Vaticano porque se encuentra más implicada en la fricción interna. Basta sobreponer las dos líneas para darse cuenta”, dijo.
El primer punto que pide el Gobierno, indicó el embajador, es el cese de la violencia por parte de la oposición. Aunque consideró que las negociaciones no contemplarían nuevos comicios ni un adelanto de las elecciones, puesto que ya las hubo en diciembre del año pasado y el resultado fue claro. Añadió que las legislativas serán hacia final del 2015 e indicó que “pedir nuevas elecciones sería anticostitucional y todo lo que haremos será en el marco de la Constitución”.
El papa Francisco envió el 11 de abril una carta al pueblo de Venezuela y a los dirigentes que participan desde ayer en la primera jornada de diálogo entre el Gobierno y la oposición, en la que invitó a «no detenerse en la coyuntura de lo conflictivo, sino que sean auténticos constructores de paz», y en la que subraya que en el camino «nuevo, largo y difícil» hacia la paz se requiere «paciencia y valentía».
El Papa indica también que está «plenamente convencido de que la violencia nunca podrá traer paz y bienestar a un país ya que ella genera siempre y sólo violencia».
El Gobierno de Venezuela ha oficializado el miércoles 9 de abril, la invitación al secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, a tomar parte en la Conferencia Nacional de Paz convocada por el presidente Nicolás Maduro.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), monseñor Diego Padrón, en entrevista a Globovisión realizada la semana pasada indicó que “no se puede ir a dialogar sin tener una agenda clara, hay que superar la desconfianza, pero el bien del país exige que se tomen acciones concretas». Y precisó que la paz en el país «será el resultado de un largo camino» en el cual «la oposición debe hacer una análisis más a fondo de las ‘guarimbas’” o sea actos de protestas y barricadas, y el Gobierno por “haber querido imponer el Plan de la Patria que ha sido la causa fundamental de lo que estamos viviendo».
Venezuela vive una crisis política desde hace dos meses, que se ha manifestado en una ola de protestas y con un saldo de al menos 39 muertos, cientos de heridos y detenidos. Las protestas iniciaron con manifestaciones estudiantiles contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro en las calles de las principales ciudades. Los estudiantes expresan el descontento de varios sectores del país provocado por la situación de inseguridad (80 muertes violentas por cada 100 mil habitantes), la escasez de alimentos básicos y esenciales, y una inflación (56,2 por ciento en el 2013) y la corrupción en los poderes públicos. En el país rige en este momento una política de regulación de precios.
El cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Sabino, durante una entrevista retransmitida por la televisión nacional el domingo 13 de abril, ha dicho que está “muy triste por la violencia nunca antes vista por parte de los cuerpos de seguridad” durante las protestas que se han realizado en las últimas semanas en el país.
En los últimos días el Gobierno ha detenido a unos 30 oficiales, en su mayoría de la fuerza aérea, con la acusación de planear el derrocamiento del presidente.