El próximo domingo los Reyes conocerán personalmente al papa Francisco cuando viajen a Roma para representar a España en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. Un día después de las canonizaciones, el lunes 28 de abril, Sus Majestades serán recibidas por el Santo Padre en una audiencia privada. Para don Juan Carlos, el Pontífice argentino será el séptimo con el que se relacione. Y es que el vínculo entre la familia real española y el Vaticano ha sido siempre muy estrecho.
El primer papa al que conoció don Juan Carlos fue Pío XII, que le suministró las aguas bautismales en 1938, cuando aún era el cardenal Eugenio Pacelli, secretario de Estado de la Santa Sede. Un año después de bautizar al entonces príncipe, el purpurado fue elegido para el ministerio de Sucesor de Pedro.
Ya prometidos, don Juan Carlos y doña Sofía acompañaron al conde de Barcelona a Roma, donde fueron recibidos por Juan XXIII, quien dio su dispensa para que los novios pudieran contraer matrimonio mediante una ceremonia doble: católica y ortodoxa. Recién casados, la pareja volvió a visitar al Santo Padre para agradecerle todo lo que había hecho para que se pudieran casar porque la distinta confesión cristiana de los contrayentes supuso entonces una enorme dificultad.
Por su parte, Pablo VI les recibió en varias ocasiones cuando aún eran príncipes y doña Sofía acudía al Vaticano vestida de negro y con mantilla de encaje del mismo color. Pero este pontífice fue también el primero al que visitaron siendo reyes y doña Sofía pudo hacer uso del viejo privilegio de las reinas católicas de acudir vestida de blanco.
A pesar de que el pontificado de Juan Pablo I fue uno de los más breves de la historia, pues apenas duró 33 días, los Reyes tuvieron ocasión de conocerle. La audiencia tuvo lugar el 4 de septiembre de 1978, 24 días antes de que el Santo Padre falleciera. Fue una audiencia breve pero suficiente para que don Juan Carlos, a la salida, le definiera como un hombre «sencillo, llano, simpático y humilde».
Pero con quien más relación tuvieron fue con Juan Pablo II, cuyo papado, de casi 27 años, fue uno de los más largos de la historia. La familia real mantuvo frecuentes contactos con el beato polaco, tanto en el Vaticano como en los cinco viajes que hizo a España. También mantuvieron una relación fluida con Benedicto XVI hasta que renunció. Le vieron en Italia, donde los Reyes le visitaron en la residencia de Castelgandolfo, y en los tres viajes que el Pontífice alemán hizo a España.
Con Francisco aún no han tenido la oportunidad de coincidir. Hace un año, cuando se inauguró su pontificado, el Rey se encontraba recuperándose de una operación y acudieron los Príncipes de Asturias en representación de la nación española.