Los ciudadanos iraquíes acuden mañana a las urnas por las elecciones parlamentarias, en una jornada que se espera sea la confirmación del gobierno encabezado por el primer ministro al- Maliki. Mientras tanto, hoy una doble explosión causó 11 muertes y varios heridos en un mercado al noreste de la capital. Este es el episodio más reciente de una larga secuencia de ataques que están precediendo las elecciones parlamentarias en Irak, la primera desde la retirada de las tropas estadounidenses en 2011, previstas para mañana 30 de abril.
Monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar de Baghdad de los Caldeos, explica en una entrevista a Radio Vaticana que «las elecciones son lo más importante para el país: para llevarlo adelante, para llegar al éxito, a la paz, a la seguridad misma del pueblo iraquí». Pero lamentablemente -añade el prelado- llegan en una situación muy difícil a causa de los actos terroristas.
Asimismo añade que «todos quieren que haya paz y seguridad en los próximos días para que las elecciones sean realmente buenas y fáciles para el pueblo iraquí. Esperemos que aprendan de toda esta experiencia negativa, para poder llegar a un momento bueno y positivo para la nación».
Testigos locales informan que los ataques son un intento de los militantes islamistas para disuadir a los votantes que vayan a las urnas y boicotear así las elecciones iraquíes, publicaba esta mañana la agencia Asianews.
El ataque de hoy se ha producido en la ciudad de al-Saadiyah, a unos 140 km al noreste de Bagdad. La primera bomba fue colocada en el centro del principal mercado de frutas y verduras, la segunda bomba fue colocada cerca de una de las salidas. Según indica dicha agencia de noticias, «por el momento no hay reclamaciones oficiales, pero parece probable que los autores están vinculados a una facción de Al Qaeda, próxima al movimiento suní, que ha tratado de deslegitimar al gobierno central en Bagdad, compuesto en gran parte de los chiíes que son mayoría en el país».
A los fallecidos de hoy hay que sumar también las muertes de 25 personas y otras 36 que resultaron heridas, en la explosión de un terrorista suicida en un pequeño pueblo en el Kurdistán iraquí.
En los últimos días, el patriarca caldeo condenó la violencia, que afecta principalmente a la minoría cristiana: «Los cristianos son los que más sufren por el recrudecimiento de la violencia en todo Irak. Esto es debido al hecho –añade su Beatitud Raphael I Mar Louis Sako– que los cristianos no mantienen afiliaciones tribales, al igual que lo hacen los árabes musulmanes. La única manera que tienen para resolver las disputas es a través del sistema legal iraquí, que a menudo es criticado por su corrupción, y está sujeta a la manipulación política».
Y así, asciende a 50 la cifra de los muertos en el balance de los ataques contra centros electorales en diversas zonas del país, el día en el que, anticipándose en dos días al voto oficial, las fuerzas de seguridad han acudido a las urnas para la renovación del parlamento. Son en torno a un millón los representantes de la policía que han ejercido el derecho al voto, junto a los residentes en el exterior, mañana será el turno del resto de la población.