«La liberación de dos sacerdotes misioneros italianos vicentinos, Gianantonio Allegri y Giampaolo Marta, y de la religiosa canadiense Gilberte Bussier, que habían sido secuestrados en Camerún a principios del pasado mes de abril es una noticia que nos llena de alegría» informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi. Y añadió que «el Santo Padre, que desde el inicio había seguido la dramática vicisitud, fue informado inmediatamente».
Asimismo ha indicado que «damos gracias al Señor porque esta vicisitud ha llegado a una conclusión positiva». Y finalmente concluyó afirmando que «al mismo tiempo seguimos rezando y empeñándonos para que toda forma de violencia, odio y conflicto en las diversas regiones de África y en otras partes del mundo pueda ser superada, y renovamos el recuerdo y el empeño por las muchas otras personas inocentes de diversa condición y edad que –como bien sabemos– permanecen víctimas de secuestros inaceptables en diversos lugares de conflicto».
Durante casi dos meses, don Giampaolo, don Gianantonio y la hermana Gilberte han estado presos en Camerún. Según la agencia France Presse, su vuelta a la libertad ha sido posible por una semana de negociaciones, realizada en Nigeria. Los religiosos fueron llevados después a Yaoundé, capital de Camerún, en un vuelo militar.
El obispo emérito de la diócesis de Maroua-Mokolo, monseñor Philippe Albert Joseph Stevens, pudo estar con ellos unos minutos y explica a Radio Vaticana que «gracias a Dios gozan de buena salud aunque si han adelgazado, y su estado de ánimo es bueno».
Y así ha lanzado un llamamiento a los secuestradores: «Quemen las armas y se abran al amor de Dios, que pide la conversión de sus corazones, su amor y la paz».