«Su santidad el papa Francisco se une de todo corazón a la oración de las personas que han ido a conmemorar los dramáticos eventos que se han verificado en estos lugares hace setenta años, y para rezar por la paz».
Así inicia el telegrama enviado por el secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín, a las personas que en Normandía han recordado los 70 años del desembarque aliado en sus playas, que marcaron el inició la liberación de Francia y el final del imperio nazi.
El Santo Padre ha rendido homenaje de este modo, a los soldados que partieron desde sus países para desembarcar en las costas de Normandía, tantos de los cuales murieron. Sin olvidar tampoco a los soldados alemanes que fueron envueltos en este drama, así como a todas las víctimas de la segunda guerra mundial.
Históricamente, se utiliza el término ‘día D’ para referirse al 6 de junio de 1944 cuando inició la Operación Overlord, de desembarco de las tropas alianas en los 80 kilómetros de playas de Normandía, operación que junto a la batalla que se desarrolló por el domino de dicho territorio en total duró casi un mes y medio. El número entre muertos y desaparecidos fue superior a 500 mil, de los cuales 218 mil aliados y unos de 300 mil alemanes.
El Papa además ha enviado sus cordiales saludos a las autoridades eclesiásticas de la región: «el cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París; y a Mons. Jean Claude Boulanger, obispo de Bayeux-Lisieux», y también «a los representantes de las otras comunidades eclesiales, así como a todas las personas que se han reunido para el evento».
«Es oportuno -indica el papa Francisco- que las generaciones presentes expresen su pleno reconocimiento a todos aquellos que realizaron un sacrificio tan pesado». Recordó que por ello es necesario empeñarse en «trasmitir la memoria y mediante la educación de las nuevas generaciones a respetar a todos los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios».
«Esta conmemoración nos recuerda que querer excluir a Dios de la vida de las personas y de la sociedad, no puede traer que a muerte y sufrimiento. Las naciones europeas puedan encontrar en el evangelio de Cristo, Principe de la Paz, las raíces de su historia y la fuente de inspiración para tener relaciones cada vez más fraternas y solidarias» indicó.
El telegrama concluye indicando: el Santo Padre desea que «Santa Teresa-Benedetta della Croce, co-patrona de Europa» sea «guía y protectora para progresar en este camino de paz». Invitó también a todos los participantes del evento a tener confianza «en la protección de la Virgen María». Y les impartió la bendición apostólica.