Presentaron este miércoles en el Vaticano el texto del ‘instrumentum laboris’ que servirá a la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema ‘Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización’, que se realizará del 5 al 19 de octubre.
A la conferencia en la sala de prensa de la Santa Sede disertaron el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario del Sínodo, el secretario general del Sínodo, el cardenal Péter Erdő, arzobispo de Estergom-Budapest; el presidente delegado y arzobispo de París, cardenal André Vingt-Trois; y el secretario especial, el arzobispo italiano Bruno Forte y dos cónyuges, el Prof. Francesco Miano y la profesora Pina De Simone.
El Instrumentum Laboris, es el resultado de la investigación promovida por el Documento Preparatorio, que incluía un cuestionario de 39 preguntas el cual «ha recibido una acogida positiva y una amplia respuesta, tanto del pueblo de Dios como en la opinión pública general, y con 900 respuestas individuales y 800 respuestas colectivas de asociaciones y de comunidades, explicó el cardenal Erdó.
Mons. Bruno Forte puso en evidencia que si bien “de una parte resulta con plena evidencia una situación del crisis del instituto familiar, de otra existe un deseo de familia claramente relevante, justamente en las nuevas generaciones”.
Se suma el crecimiento relevante del número de “casos de familias ‘ampliadas’, especialmente con la presencia de hijos de diversas parejas” con la siempre más difundida “autoreferencialidad de la gestión de los propios deseos y aspiraciones” y la consecuente ‘privatización’ de la realidad familiar.
En ese cuadro, Mons. Forte indicó que “mucha gente, especialmente los jóvenes, perciben el valor de la relación familiar estable y duradera, un verdadero y propio deseo de matrimonio y familia, en el cual tener un amor fiel e indisoluble, que ofrezca serenidad para el crecimiento humano y espiritual.
Precisó que el deseo de familia es “un verdadero signo de los tiempos, que pide ser acogido como ocasión pastoral”. Delante a esta situación se advierte de manera unánime y universal en la Iglesia, la urgencia de “proponer una visión abierta de la familia, fuente de capital social. O sea de virtud, esencial para la vida común”. Y que además subraye la importancia de un desarrollo integral y que muestre como la familia resulta “fundamental para madurar los procesos afectivos y de conocimiento que son decisivos para estructurar a la persona”.
Subrayó por eso indicó que se perfila aquí con toda su evidencia “el carácter eminentemente pastoral que el papa Francisco quiere dar a la próxima asamblea sinodal”. “No está en discusión –reiteró Mons. Forte– la doctrina de la Iglesia, diversas veces reiterada también en los últimos años e n varios pronunciamientos del Magisterio”.
“La reflexión que se pide –precisó el secretario del Sínodo– es sobre las aplicaciones pastorales”.
Añadió que “todo esto no tiene nada que ver con el slogan banalizante de ‘divorcio católico’, del cual algunos han dicho que el Sínodo podrá proponer”. Porque “la medicina de la misericordia no está finalizada a favorecer los naufragios, pero siempre a salvar la nave en el mar tempestuoso y dar a los náufragos acogida, atención y el apoyo necesario».
Por este motivo advirtió que “si no se entiende este fundamento” se equivocará sobre “lo que el Sínodo dirá sobre la situación de los separados, divorciados, divorciados y vueltos a casar, de las convivencias, de las uniones de hecho o de las uniones del mismo sexo”.
Recordó también que en el ámbito de la responsabilidad pastoral de la Iglesia se impone una reflexión para apoyar una mentalidad mayoritariamente abierta a la vida”, porque sobre este desafío “se juega el futuro mismo de la humanidad”: