El Arzobispado de Madrid ha aceptado, según se supo hoy, una de las aulas de la facultad de Geografía e Historia, ofrecida por la Universidad Complutense, a cambio de su actual ubicación en un espacio bello y luminoso. La nueva ubicación es lo que ha ofrecido la Universidad, sin vuelta de hoja: la mitad de espacio. Han sido días de protestas de los capellanes universitarios y los estudiantes católicos –con sentadas, misas en los pasillos y vigilias de oración- por defender el actual oratorio. Al principio de las protestas, el centro académico ofrecía poco más que un trastero sin ventanas.
Al final se ha llegado a un acuerdo y el Arzobispado ha aceptado un aula que no satisface plenamente. El Santísimo, mientras tanto, ha permanecido “secuestrado” en la capilla, ya que, sin previo aviso, el decano Luis Enrique Otero cambió la cerradura para presionar a la autoridad eclesial. El revuelo ante la decisión unilateral del decano, que ha llegado a apostar dos guardias de seguridad a las puertas de la capilla, sirvió para que la Universidad ampliara de una a cinco las posibles nuevas ubicaciones.
Según informa una de las defensoras de la capilla en Twitter, la capilla se traslada al aula B-23B. “Estaremos en vigilia hasta la procesión de traslado”, afirma. Otra afirma: “Finalmente la capilla se mueve a un aula mucho más pequeña y sin sacristía. Seguiremos con la vigilia”.
Según informa hoy ABC, en su edición digital, el delegado episcopal del Arzobispado aceptó al fin un aula ofrecida por el Rectorado. El traslado del mobiliario y objetos de culto se efectuará mañana. Para esta tarde, se convocó una última misa en la puerta de la capilla “secuestrada”.
Los alumnos de la Facultad de Geografía e Historia hicieron turnos ininterrumpidos de vela, las 24 horas del día, durante una semana, ante la capilla con el Santísimo, cerrada al culto por el decano –apoyado por el rector, José Carrillo–, hijo del líder histórico comunista Santiago Carrillo.
Los jóvenes participaron, la tarde del sábado en la misa dominical, improvisando un pequeño altar en el exterior de la facultad y durante la noche se turnaron para dormir allí. Por la mañana estuvieron rezando. A las 12, recitaron la oración mariana del Ángelus y a las 13 horas el rosario, programando actividades para pasar el resto del día, con la intención de amanecer allí hoy lunes.
El rector José Carrillo declaró el pasado viernes que se estaba “sacando de quicio” el asunto. Dijo que se trata de un tema “muy sencillo” porque “la facultad necesita espacio para el fin de la facultad, que es la docencia y necesita, por tanto, usar un espacio que está inutilizado por una capilla a la que van una persona o dos al día”. Afirmación desmentida por el hecho de los numerosos universitarios que se mantienen en vela en defensa de su oratorio, y los miles de firmas.
Según explicó, “hay una realidad que es que hay una capilla inmensa donde no va nadie y hemos ofrecido un sitio más pequeño”. Tachó el asunto de “problemática compleja” porque hay otros estudiantes musulmanes que han pedido sitio para rezar también.
Lo curioso es que falta espacio pero el rector estudia ahora conceder un aula para el culto musulmán. Seguramente los asistentes a este culto sí que serán escasos, como afirmaba Carrillo como argumento para reducir a la mitad las dimensiones de la capilla católica, dado el abismo porcentual entre las dos religiones en la universidad madrileña.
La intención del rector es estrenar la ampliación del Museo de Antropología de América , que ocupará el lugar de la capilla, en septiembre. Las alternativas ofrecidas a la Iglesia son aulas con una capacidad para unas 30 o 40 personas.
El padre Feliciano Rodríguez, delegado de Pastoral Universitaria de la Archidiócesis de Madrid, afirma, en una entrevista publicada en la página web del Arzobispado, que la Pastoral Universitaria “está en las universidades madrileñas de iniciativa estatal, como ocurre en las grandes universidades europeas y americanas. Ya hemos dicho que este servicio, que en Madrid lo desea una gran mayoría de universitarios, responde a un derecho fundamental de la persona humana, promueve el verdadero humanismo, garantiza la libertad, respeta la conciencia y fomenta valores tan trascendentales para la convivencia y la paz como la solidaridad, la generosidad, el sentido de la responsabilidad, la lealtad… No cabe duda de que es un buen servicio a la persona, que prestigia a la universidad capaz de ofrecerlo”.
Recuerda que en Madrid hay unos Acuerdos firmados en 1993, que no han sido denunciados, por lo que siguen vigentes: “Además de señalar los fines y medios de esta Pastoral, el lugar y el número de capillas, etc, los Acuerdos recogen otros aspectos como la remuneración de los capellanes, o las partidas económicas que la Facultad correspondiente debería cada año dedicar al mantenimiento de la capilla, etc. Desde hace muchos años la Pastoral Universitaria no recibe ningún dinero de la Universidad. La Iglesia corre con todos los gastos que se generen. Por tanto, la necesidad de actualizarlos es evidente. Como es sabido estamos ahora en conversaciones para su actualización y renovación, aunque el proceso está siendo algo lento”.
Sobre la Capilla de Geografía e Historia, afirma: “El pasado 15 de julio el decano de Geografía e Historia mandó clausurar la capilla, cambiando la cerradura de la misma. Por tanto, hoy por hoy el capellán ya no tiene acceso a la celebración del culto ni al espacio de la capilla. Esto ha supuesto una grande y triste sorpresa por nuestra parte, y muchas y diversas reacciones. La más interesante, la de los más inmediatamente afectados, que son los que frecuentan la capilla: no se resignan al cierre, y no terminan de entender las razones, ni la fecha elegida para hacer el cambio e informarnos de él. También está habiendo reacciones por parte de otras asociaciones o grupos religiosos, menos controlables, que se sienten molestos por lo que entienden es un ataque a la libertad religiosa. El conflicto está servido”.
“Sabemos que detrás de esta pretensión con la capilla de Historia se esconden también, por parte de algunos, actitudes de intolerancia religiosa. Esto nos duele más. Pese a todo hay que decir que la actitud de los directamente afectados por el cierre de la capilla, tanto profesores como alumnos y PAS [Personal de Administración y Servicios], está siendo verdaderamente ejemplar. Se nota en ellos dolor por la situación, pero sin resentimiento, sin actitudes violentas o de desprecio. Desde el evangelio no cabe en las legítimas reivindicaciones más que dolor y amor en la firmeza. La oración está ayudando mucho a todos, igual que las misas que se están celebrando, verdaderamente gozosas y festivas, que a todos llenan de fuerza y caridad. También muchos están aprovechando la ocasión para confesarse y purificar su conciencia. Tengo la impresión de que todo este proceso está siendo un momento de prueba pera también de gracia para nuestros universitarios”, concluye.
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