El papa Francisco ha retomado las audiencias generales de los miércoles, tras un mes de julio en el que ha reducido sus actividades pero sin irse de vacaciones. A causa de las altas temperaturas de estos días, la audiencia se ha celebrado en el interior del Aula Pablo VI. Pocos minutos antes de las 10.00, Francisco ha llegado al atrio del aula y ha pasado saludando a los fieles procedentes de distintas partes del mundo, que llevaban sus carteles, pancartas y banderas. Miles de cámaras y tablets inmortalizaban el momento del paso del pontífice argentino y algunos se acercaban a él para poder hacerse un selfie.
Durante la audiencia, el Santo Padre ha expresado su cercanía a la población de la provincia china del Yunnan, golpeadas el domingo pasado por un terremoto que ha provocado numerosas víctimas y grandes daños. «Rezo por los difuntos y por sus familias, por los heridos y por los que han perdido la casa. El Señor de consuelo, esperanza y solidaridad en la prueba», ha sido el deseo del Papa.
Asimismo, ha dedicado unas palabras hoy al venerable siervo de Dios Pablo VI, en el aniversario de su muerte, el 6 de agosto de 1978. Por eso, Francisco ha indicado que «lo recordamos con afecto y con admiración, considerando como vivió totalmente dedicado al servicio de la Iglesia, que amó con todo su ser. Su ejemplo de fiel servidor de Cristo y del Evangelio sea de ánimo y de estímulo para todos nosotros».
Por otro lado, durante el saludo a los peregrinos de lengua árabe, el Papa ha pedido nuevamente rezar mucho por la paz en Oriente Medio.
Retomando las catequesis semanales, hoy el Pontífice ha reflexionado sobre la alianza de Dios con su pueblo. En el resumen hecho en español por el Papa, ha indicado: «queridos hermanos y hermanas, en la catequesis de hoy contemplamos a la Iglesia como nuevo Pueblo de Dios, que se funda sobre la nueva Alianza sellada con la sangre de Jesús. La figura de Juan el Bautista es muy significativa puesto que prepara al pueblo para recibir al Señor. De esta manera, hace de puente entre la promesa del Antiguo Testamento y la plenitud de su cumplimiento en el Nuevo. En la montaña del Sinaí, Dios había establecido una alianza con Moisés entregándole los diez mandamientos. También Jesús, sobre una pequeña colina, entrega a sus discípulos una enseñanza nueva, que comienza con la bienaventuranzas. Ella son como el retrato de Jesús, su forma de vida y el camino de la felicidad que anhela el corazón humano. Además de la nueva ley, el Señor nos invita a reconocerlo en los pobres, en los que sufren, en los que pasan necesidad. De esto se nos juzgará al final de nuestra vida. La nueva alianza consiste precisamente en reconocer que gracias a Cristo la misericordia y la compasión de Dios non rodea».
A continuación, ha saludado a los peregrinos de lengua española, en particular «a los grupos venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Hoy celebramos la fiesta de la Transfiguración del Señor. Pidamos a Jesús que su gracia nos transforme a imagen suya, para que viviendo según el espíritu de las bienaventuranzas seamos luz y consuelo para nuestros hermanos. Muchas gracias y que Dios los bendiga».
Al concluir los saludos en las distintas lenguas, Francisco ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, enfermos y recién casados. «La Fiesta de la Transfiguración del Señor nos estimule a no perder nunca la esperanza, y a abandonarnos en las manos del Cristo que, sin nuestro mérito, nos ha salvado y redimido», ha pedido el Papa.