El padre Federico Lombardi es directo: el Papa está en buena forma y está contento por la acogida recibida durante su primer día de viaje a Corea del Sur.
Particularmente apreciada -ha explicado- ha sido la presencia de la presidenta de la República en el aeropuerto, ya que no siempre los jefes de estado van hasta la escalera del avión. Esta presencia indica el valor que el pueblo coreano, no solo católico, da a esta visita.
El Papa también ha agradecido la presencia en el aeropuerto de algunos laicos, entre los que estaban los descendientes de los mártires que serán beatificados próximamente. Este signo ha sido leído como exaltación de la familia en Corea, en sintonía con la tradición cristiana.
Después de la llegada, el Papa se ha dirigido a la nunciatura, donde ha celebrado la eucaristía y ha predicado, en presencia de un número reducido de fieles, entre los que estaban algunas religiosas.
El discurso de la presidenta ha sido muy apreciado ya que ha reconocido el rol de la Iglesia en el desarrollo del país. También se ha hablado del sufrimiento de la separación, desde hace casi setenta años, de las dos coreas. Por tanto, es importante el compromiso por la reconciliación y la paz, y por eso es necesario continuar trabajando en este sentido.
El Santo Padre, refiriéndose a la tradición de los últimos Pontífices, en particular a Juan Pablo II, ha asociado la construcción de la verdadera paz al restablecimiento de una auténtica justicia.
En el encuentro con los obispos, Francisco ha subrayado los riesgos de la mundanización del clero y sobre cómo este fenómeno puede alejar el cuidado y la atención efectiva y afectiva hacia los más pobres y necesitados, degradando la misión de la Iglesia en el mundo.
El padre Lombardi ha justificado la ausencia en este viaje del cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, enviado por el Papa a Irak. El purpurado ha enviado un mensaje de cordialidad a los periodistas y en la ciudad de Erbil, donde estuvo ayer, se reunió con los obispos de la región y parte de la población, especialmente con los desplazados. Ellos han expresado su gratitud al Papa por su cercanía.
El director de la oficina de prensa del Vaticano también ha informado de que el Santo Padre está tomando medidas con acciones de caridad para aliviar el sufrimiento de los refugiados cristianos en la antigua Babilonia. Para los obispos de la región de Oriente Medio es como si hubiera nacido una estrella de esperanza. El Cardenal Filoni se reunirá pronto, durante su misión, con el jefe de Estado de Irak.
Finalmente, se ha revelado la presencia discreta en Corea de algunos jóvenes de China que, a pesar de la reticencia de su gobierno, han querido participar en el evento del viaje apostólico del papa Francisco en Asia.
Mañana, 15 de agosto, solemnidad de la Asunción, y fiesta nacional por Liberación de Corea de 1945, el papa Francisco viajará a Daejeon, donde en el estadio de fútbol se celebrará la Santa Misa. Luego almorzará en el Seminario Mayor con una delegación de jóvenes que participan en la 6ª Jornada de la Juventud Asiática antes de encontrarse con los jóvenes en el Santuario de Solmoe, lugar que recuerda el martirio de San Andrés Kim.
Traducido del italiano por Rocío Lancho García