«Una carta de lágrimas», así tituló don Behnam Benoka su carta enviada al papa Francisco. El sacerdote ha explicado a ZENIT que aprovechó la presencia de su amigo, el periodista Alan Holdren, en el vuelo papal de vuelta del viaje de Corea, y comunicó su carta a través del sistema de mensajería móvil «Viber». El periodista transcribió la carta en un folio y la entregó al Santo Padre.
En la carta, el sacerdote se dirige al Papa así: «Al Santo Padre nuestro pastor misericordioso» y prosigue: «Me llamo Behnam Benoka, sacerdote de Bartella, una pequeña ciudad cristiana cerca de Mosul. Soy vicerrector del seminario católico de Ankawa. Pero hoy me encuentro en una tienda de campaña que hemos levantado con un equipo de médicos y voluntarios para dar asistencia médica a nuestros hermanos refugiados por la persecución».
Don Behanam explica al Santo Padre la trágica situación en la que están cientos de miles de cristianos: «Santidad, la situación de sus ovejas es miserable, mueren y tienen hambre, sus pequeños tienen miedo y no pueden más. Nosotros, sacerdotes, religiosos y religiosas, somos pocos y tememos no poder responder a las exigencias físicas y psíquicas de sus y nuestros hijos».
El sacerdote también expresa el reconocimiento por los continuos llamamientos del Papa para poner fin al sufrimiento de los hermanos perseguidos en Irak: «Quisiera darle muchas gracias, es más, muchísimas, porque nos lleva siempre en su corazón, métanos en el altar donde celebra la misa para que Dios cancele nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros, y quizá aparte de nosotros este cáliz».
La carta prosigue expresando temores y pidiendo bendiciones: «Le escribo con mis lágrimas, porque aquí estamos en un valle oscuro en medio de una gran manada de lobos feroces. Santidad, tengo miedo de perder a sus pequeños, sobre todo a los recién nacidos que cada día se cansan y debilitan más, temo que la muerte se lleve a alguno. Mándenos su bendición para tener la fuerza de ir hacia adelante y quizá podamos resistir aún. Le quiero mucho, Behnam Benoka».
Estoy con vosotros
La respuesta de Francisco no tarda en llegar. De regreso a Italia y precisamente la mañana del 19 de agosto, llama a don Behnam expresando su profunda conmoción por la carta recibida.
Según lo indicado por sacerdote, el Papa ha expresado su profunda gratitud a los voluntarios del trabajo en los campos de refugiados.
En la llamada telefónica, el papa Francisco ha confirmado su pleno apoyo y su cercanía a los cristianos perseguidos, prometiendo que continuará haciendo todo lo posible para dar alivio a su sufrimiento.
Finalmente, el Santo Padre ha impartido su bendición apostólica pidiendo al Señor que les dé el don de la perseverancia en la fe.