No existe un clima de tranquilidad y seguridad porque muchos crímenes se han cometido ante el silencio de las autoridades. Esta es la denuncia del obispo mexicano de La Paz (Baja California Sur, México), monseñor Miguel Ángel Alba Díaz, según ha publicado hoy la agencia Fides.
Sin dar detalles o nombres de las autoridades del Gobierno involucradas, precisa que muchos fieles han referido al obispo su fuerte preocupación por el número creciente de pequeños traficantes de droga que actúan con la complicidad del silencio de la policía.
“Entendemos que no todos los policías están implicados, existen los buenos, pero es sabido que algunos son parte de esa telaraña criminal y muchos sospechan que también hay altas autoridades involucradas en ella. Ese es el ambiente de desconfianza que se vive en la mayoría de las poblaciones de la Baja California Sur… ¿Qué intereses se mueven detrás del tráfico de estupefacientes que ha rebasado al poder judicial?” se lee en la nota, que incluye una declaración del obispo a los medios.
Por esto, el prelado ha invitado a las autoridades y a los empresarios a “trabajar en la construcción de una sociedad más justa, en donde haya oportunidades de trabajo para todos, con salarios más justos que eviten la tentación de conseguir el dinero fácil”. Asimismo ha pedido a la comunidad civil que no se acostumbre: “Hay que gritarlo en voz alta: No debemos acostumbrarnos a vivir en un clima de violencia, eso nos lleva a la indiferencia y a construir culpables alrededor, sin asumir la parte que nos corresponde”.
Un clima de violencia por el que también, miles de mexicanos manifestaron ayer en todo el país para expresar su rechazo por el asesinato de al menos seis estudiantes en la población de Ayotzinapa, cerca a Iguala, y la desaparición de otros 43 tras los enfrentamientos del 27 de septiembre con las fuerzas de seguiridad.
La madrugada del 27 septiembre, policías municipales, apoyados por pistoleros, dispararon contra los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. El pasado día 6, se localizaron 28 cadáveres en varias fosas comunes en la localidad de Iguala, según publicó el diario mexicano «El Universal». De este foma, informaban que los cuerpos podrían pertenecer a los 43 estudiantes desaparecidos.