Naciones Unidas ha alertado de que 12,2 millones de personas, entre ellas 5,6 millones de niños, necesitan ayuda urgente y asistencia humanitaria en Siria, donde la guerra civil, que dura ya más de tres años, ha dejado 7,6 millones de desplazados dentro del país y más de 3,2 millones de refugiados (1,65 millones de niños) en Líbano, Jordania, Irak, Turquía, Egipto y otros países del norte de África.
Los más pequeños son los principales afectados por este conflicto. Puesto que, un millón de niños viven atrapados en las zonas de Siria que están en estado de sitio o en las que el acceso de la ayuda humanitaria es difícil debido a la violencia continuada. Unicef calcula también que unos dos millones de niños sirios necesitan asistencia psicológica y tratamiento.
Hay otros datos ofrecidos por las organizaciones humanitarias que trabajan con la infancia que son realmente alarmantes. Así, antes de que empezara la guerra civil la tasa de escolarización era casi del 100 por ciento y Siria destinaba casi el 5 por ciento de su producto interior bruto a la educación. Casi cuatro años de conflicto han dejado al país con la segunda peor tasa de escolarización del mundo, con 2,8 millones de niños que han dejado de ir a la escuela, o bien porque han tenido que abandonar sus hogares, o porque las escuelas han cerrado o han sido destruidas.
Especialmente grave es la situación de las niñas. Por ejemplo, entre los refugiados sirios que han huido a Jordania la tasa de matrimonios infantiles ha aumentado del 18 por ciento del total de matrimonios en 2012 al 32 por ciento en el primer trimestre de 2014. Algunas de las razones para este aumento de los matrimonios infantiles son el intento de huir de la pobreza, proporcionar medios de vida para las chicas jóvenes o servir de vía de escape ante un ambiente familiar de abuso.
Además, la guerra está provocando que los niños se vean afectados por enfermedades que se pueden prevenir con medicamentos y vacunas. Muchos ingresan con diarreas, sarampión y neumonías. Según los datos de Save The Children, antes de la guerra, el número de niños contagiados de leishmaniosis era inferior a 3 mil. Ahora supera los 100 mil infectados. Sólo en la primera semana de 2014 se registraron 84 casos de sarampión, cuando en todo 2010 se habían registrado apenas 26. También eran más del doble el número de niños infectados por meningitis en las primeras dos semanas de 2014 respecto a 2010. La poliomielitis, erradicada en toda Siria en 1995, ha sido contraída por 80 mil niños en todo el país.
A pesar de los llamamientos que están haciendo las organizaciones y agencias internacionales, el acceso de la ayuda humanitaria a los desplazados internos y a la población civil es tremendamente dificultosa. Ni siquiera se ha conseguido una mejoría de la situación tras la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas hace dos meses.
La guerra se ha cobrado más de 250.000 víctimas. En agosto, un informe de la ONU cifró en 8.803 el número de niños muertos durante el conflicto, de los cuales 2.165 tenían menos de diez años. Es un recuento que no para de crecer y que siempre se queda corto, ya que, como admiten los autores del estudio, hay casos que no han podido ser documentados. La tragedia siria continúa sin que nadie se atreva a poner freno a la pérdida de vidas inocentes.