Como un homenaje a los 7.028.776 de víctimas que ha causado el conflicto armado en Colombia, se ha plantado en Cuba, donde se realizan los diálogos de paz con una delegación del Gobierno y otra de la guerrilla FARC, un árbol por la paz, el cual fue bendecido por presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.
Lo indicó la página web de la Conferencia Episcopal de Colombia, precisando que el arzobispo pidió que esa bendición llegue a todo el país y "a los que están ayudando en el proceso".
El quinto y último grupo de las víctimas que se reunió en Cuba con los delegados del Gobierno y de las Farc, solicitaron sembrar un pequeño pino por la vida y la esperanza.
En el acto estuvieron además presentes, Fabrizio Hochschild, coordinador de la ONU en Colombia; Alejo Vargas, de la Universidad Nacional; Humberto de la Calle, jefe negociador del Gobierno; "Iván Márquez", de las Farc, los 12 afectados por las hostilidades y los representantes de Noruega, Cuba, Venezuela y Chile.
Por otra parte, en un comunicado publicado el 16 de diciembre, por la Conferencia Episcopal de Colombia, la Organización de las Naciones Unidas y de la Universidad Nacional, se agradece a los participantes de la quinta delegación de víctimas.
La misma está "constituida por personas de diferentes regiones y de diferentes grupos sociales, que han traído temas fundamentales para la construcción de la paz, representando tipos de victimización colectiva de comunidades afrocolombianas, campesinas y de sindicalistas, así como personas representativas de los sectores políticos, empresariales, religiosos, militares y defensores de derechos humanos. Adicionalmente se escucharon víctimas de secuestros colectivos del ELN y masacres de paramilitares", y se ha evidenciado "el impacto del conflicto armado en la niñez".
Recordaro que ellas "reclaman que el dolor que han vivido no se repita" y piden que se "garantice la seguridad y protección de todos y todas las participantes de esta y de las otras delegaciones". Porque "lamentablemente se han presentado en el pasado preocupantes casos de amenazas".
Se recuerda que el proceso "que vive Colombia es único en el mundo. Se han escuchado con respeto y dignidad a 60 personas, 36 mujeres colombianas y 24 hombres colombianos de 26 departamentos del país. Las personas han sido víctimas de múltiples violaciones a sus derechos cometidas por diferentes actores: violaciones al derecho a la vida, incluidas masacres y falsos positivos; desplazamiento forzado; violaciones a la integridad personal, desaparición forzada, reclutamiento de menores, uso de minas antipersonales y toma de rehenes. La violencia basada en género incluyendo la violencia sexual ha sido expresada a través de valientes relatos presentes en la Habana. También han participado una diversidad de sectores de la población colombiana, incluyendo defensores y defensoras de derechos humanos, políticos, afrodescendientes, indígenas, campesinos, periodistas, docentes, sindicalistas, empresarios, integrantes de la fuerza pública y de la guerrilla, población LGBTI, religiosos, servidores y servidoras públicas, líderes sociales, ganaderos, empresarios, jóvenes".
Agradecieron "a la delegación cubana por toda la generosidad y solidaridad con la que asume este proceso" y también "al gobierno de Noruega" y a los gobierno "de Chile y Venezuela por su importante labor de acompañamiento".