Siria: la oposición armada rechaza la tregua de la ONU

Monseñor Abou Khazen denuncia que la guerra continuará mientras que las potencias extranjeras quieran alimentarla

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La negativa de las fuerzas anti-Assad a la tregua humanitaria en Alepo propuesta por el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, representa “un asunto grave”, y demuestra una vez más que el conflicto sirio “no terminará hasta que lo deseen todas las fuerzas que los están impulsando desde el extranjero”, ha afirmado el obispo Georges Abou Khazen, OFM, Vicario Apostólico de Alepo para los católicos de rito latino. 

Según De Mistura, el gobierno de Damasco había mostrado su disponibilidad para una tregua de seis semanas. En el otro frente, la galaxia de opositores –incluidos los acrónimos yihadistas como al-Nusra y los grupos minoritarios e irrelevantes de “rebeldes” reconocidos y apoyados por los países occidentales– ha respondido mostrándose dispuesta a considerar el plan, solo si implicaba la salida de la escena de Assad y de los hombres de su aparato, para ser sometidos a juicio por crímenes de guerra. 

Además, los grupos de la oposición –vinculados a través de la Comisión revolucionaria de Aleppo– hasta ahora se han negado a reunirse con De Mistura, argumentando que una tregua prolongada sólo tendría como efecto el permitir que se fortalezcan las posiciones del ejército gubernamental.

En declaraciones a la Agencia Fides, el obispo Abou Khazen ha destacado que “la claridad del rechazo confirma, a su manera, lo que todos venimos viendo desde hace tiempo: la guerra continuará mientras que las potencias extranjeras quieran alimentarla”.

“Estados Unidos y los turcos acaban de declarar que tienen un plan de apoyo y formación para los grupos rebeldes de una duración de tres años. Así que ya han puesto en programa que la guerra durará otros tres años más, y la gente aquí seguirá sufriendo y muriendo por otros tres años…”, ha lamentado.

“Antes de las revueltas, los 900 kilómetros de frontera con Turquía estaban vigilados, y si por casualidad un pastor cruzaba la frontera para atrapar una oveja que se le había escapado, le disparaban y lo mataban. Ahora miles de milicianos entran en Siria con armas pesadas, mientras que los refugiados de Siria que tratan de ir a otros lados para escapar de la violencia de los yihadistas son rechazados”, ha denunciado.

Frente a esta trágica escena –ha indicado el prelado franciscano– solo nos queda la esperanza que nace de la fe “como san Pablo, esperamos contra toda esperanza. Porque sabemos por experiencia que nuestro Señor es grande y bueno. Nuestro destino está en sus manos, y no en las maniobras interesadas de una u otra de las potencias del mundo, no importa lo grande sean”. 

Alepo está actualmente dividida, con barrios bajo control de los grupos armados rebeldes y otros en manos del Gobierno. El objetivo del enviado de la ONU es lograr en esa zona un «área libre de conflicto», que luego pueda extenderse a otras regiones de Siria, en una nueva tentativa de buscar la paz.

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ZENIT Staff

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