El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Carlos Osoro, reivindicó este miércoles el papel fundamental del humanismo cristiano ante “la nueva época histórica que se impone en España”.
En un desayuno informativo del Fórum Europa, Mons. Osoro defendió “la dignidad de la persona como medida de toda política” y como uno de los “principios no negociables” sobre los que se debe “construir un mundo nuevo”. A estos también añadió la “protección de la vida, el reconocimiento de la estructura natural de la familia y el derecho de los padres a que sus hijos sean educados según sus convicciones”.
«La defensa de estos principios no es de carácter confesional. Negar estos principios constituye una ofensa sobre la verdad de la persona», advirtió el prelado, quien a continuación subrayó que “la Iglesia no hace política, respeta la laicidad, pero ofrece las condiciones donde pueda madurar una sana política”.
Entre los retos más urgentes, el vicepresidente de la CEE resaltó la educación. «Es el drama más importante que tenemos en España y no lo hemos superado nunca», aseguró. Para el arzobispo de Madrid, el problema se debe a las constantes derivas a las que ha estado sometido el sistema educativo «al depender de quien gobierna en cada momento». «La educación no puede ser un problema político porque si eso sucede es un desastre de país», indicó.
Ante la próxima reforma de la ley del aborto para impedir que la menores puedan abortar sin consentimiento paterno, el prelado recordó que «para la vida no hay supuestos». E insistió «la vida es vida. No puedo estar de acuerdo con nadie que ponga en cuestión la vida».
Por último, Mons. Osoro señaló que la Iglesia “habla claramente sobre estos temas buscando no el interés propio sino el de una sociedad de convivencia”.