El Consejo de Seguridad de la ONU abordará este viernes el tema de los cristianos y las minorías perseguidas en Irak y Oriente Medio.
Francia, que preside actualmente el Consejo de Seguridad, convocó la reunión y España presentará una resolución conjunta de varios países europeos en favor de quienes sufren por su fe o etnia, perseguidos por el ISIS (califato islámico por sus siglas en inglés) y otros grupos extremistas.
El debate será presidido por el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius. También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, referirá en primera persona, y desde Ginebra lo hará por videoconferencia el Alto Comisario por los derechos Humanos, Zeid Ráad Zeid Al Hussein.
El debate cuenta con la intervención del patriarca caldeo de Bagdad, Luis Raphael I Sako, y de la parlamentaria iraquí, Vian Dakhil, que representa a la minoría yazidí.
Es la primera vez que en el Consejo de Seguridad se debate sobre la persecución de los cristianos y otras minorías, tras las informaciones de sistemáticas violaciones de derechos humanos por el ISIS, como el asedio con aspectos de genocidio contra los yazidíes, las masacres de kurdos, los secuestros de cientos de cristianos asirios y caldeos en el noreste de Siria o la decapitación de 21 coptos de los cuales 20 eran cristianos.
El patriarca Sako centrará su discurso en el desafío de la comunidad cristiana de Irak en la zona del Califato islámico, la huida en agosto pasado desde Mosul bajo la amenaza de muerte si no se convertían al islam o tener que pagar un impuesto religioso perdiendo todos sus bienes. Así, recordará que ellos encontraron refugio en el Kurdistán iraquí, en la zona de Erbil, donde ahora se encuentran como prófugos.
Además el 13 de marzo pasado hubo una declaración conjunta del Vaticano, Rusia, Líbano y el Consejo de derechos humanos de Ginebra, firmada por 65 países de la ONU. En ella se afirmaba: “Pedimos a la comunidad internacional que apoye la presencia de todas las comunidades étnicas y religiosas que tienen profundas raíces históricas en Oriente Medio”. Estas comunidades “están amenazadas en su propia existencia por el autoproclamado Estado islámico de al-Qaeda y por los grupos terroristas afiliados, atropellando a todas estas comunidades y creando el riesgo de una desaparición total de los cristianos”.
(RLG)