El cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado Vaticano, ha enviado un mensaje a los participantes de la conferencia ‘La Nueva Economía Climática. Cómo el crecimiento económico y la sostenibilidad pueden ir de la mano‘ que ha tenido lugar este miércoles en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, en colaboración con el Pontificio Consejo Justicia y Paz, el World Resource Institute, The New Climate Economy y la embajada de los Países Bajos ante la Santa Sede.
La Conferencia se ha celebrado en el contexto de dos citas claves de las Naciones Unidas: la Cumbre de la ONU para adoptar la agenda de desarrollo post-2015 y la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP-21 (CMNUCC) que se celebrará en París el próximo mes de diciembre, para adoptar un nuevo acuerdo para afrontar los efectos adversos del cambio climático.
Por eso, el cardenal precisa que ambos eventos “atañen a la grave responsabilidad ética y moral que cada uno de nosotros tiene con la familia humana, especialmente con los pobres y las generaciones futuras”.
Además, afirma que “cuando el futuro del planeta está en juego, no hay fronteras políticas, barreras o paredes detrás de las que podamos ocultarnos para protegernos de los efectos de la degradación ambiental y social». Y añade que «no hay espacio para la globalización de la indiferencia, la economía de la exclusión o la cultura del descarte tantas veces denunciada por el papa Francisco”.
Por supuesto, observa el purpurado, el camino no es fácil, “ya que esta responsabilidad ética y moral plantea la revisión del modelo de desarrollo y exige un gran esfuerzo político y económico.”
Sin embargo, el secretario de Estado recuerda sus palabras en la Cumbre del Clima de la ONU el 23 de septiembre de 2014, cuando dijo que “las bases tecnológicas y operativas necesarias para facilitar esta responsabilidad mutua ya están disponibles o dentro de nuestro alcance”. Tenemos la capacidad –prosigue– para iniciar y fortalecer un proceso verdadero y beneficioso que »riegue», por así decirlo, a través de actividades de adaptación y mitigación, el campo de la innovación económica y tecnológica, donde es posible cultivar dos objetivos interrelacionados: la lucha contra la pobreza y la mitigación de los efectos del cambio climático.
Finalmente, transmite a los participantes los mejores deseos del Santo Padre y su esperanza de que los debates y las reflexiones de esta Conferencia contribuyan “a promover y profundizar la reflexión sobre el sentido de la economía y de sus objetivos”, así como “a la búsqueda de maneras de garantizar el acceso a un desarrollo humano verdaderamente integral para todos, especialmente para los pobres y las generaciones futuras”.