La difícil situación que vive Irak y su población está injustificadamente eclipsada por otros acontecimientos y necesita del apoyo internacional, ha afirmado Ján Kubis, representante especial del Secretario General para ese país y jefe de la Misión de Asistencia de la ONU para Irak (UNAMI).
En la última sesión del Consejo de Seguridad sobre la labor de la UNAMI, Kubis ha advertido que la grave e impredecible situación de seguridad y la constante violencia que vive Irak han tenido un impacto terrible sobre las poblaciones de todas las comunidades.
“Desde junio de 2014 hasta finales de abril se han reportado más de 44 mil víctimas civiles del conflicto. Al menos 15.200 personas han muerto. Vastas áreas del país y millones de iraquíes permanecen bajo el control y la influencia del ISIS, que sigue cometiendo crímenes aberrantes”, ha advertido.
El responsable de la UNAMI ha considerado que existe un consenso general en cuanto a que para contrarrestar con éxito al ISIS, son imprescindibles la cooperación y la unidad. También ha subrayado que el gobierno iraquí debe continuar adoptando medidas para restaurar la responsabilidad civil, para que persista la seguridad y el imperio de la ley en las áreas liberadas.
Asimismo, Kubis ha apuntado que para que cualquier avance militar sea sostenible, el gobierno debe restaurar la confianza de las comunidades descontentas.
Al concluir su presentación ante el Consejo, el diplomático eslovaco ha afirmado que después de unas pocas semanas al frente de la Misión en Irak sus primeras impresiones son encontradas, aunque de manera general son positivas. Kubis fue nombrado al frente de la UNAMI el pasado 24 de febrero.
Por su parte, el consejo de ministros iraquí ha reclamado a la comunidad internacional que “apoye a Irak en su guerra contra el terrorismo con la entrega de armamento y suministros, así como contribuyendo al Fondo de Reconstrucción y Reestabilización de las Áreas Devastadas” por el ISIS.
Las fuerzas de seguridad iraquíes han desplegado este martes tanques y artillería en torno a Ramadi para plantar cara a los combatientes del grupo yihadista que tomaron la ciudad el pasado domingo, en un duro revés al gobierno.
Después de la caída de la ciudad, milicianos chiíes aliados al Ejército iraquí han avanzado a una base cercana en preparación de un contraataque sobre la ciudad, que se encuentra a solo 110 kilómetros al noroeste de Bagdad.
