El momento de las ofrendas con pequeños se hace muy especial en la Eucaristía. Tanto si participan activamente dentro del rito como si les toca permanecer sentados, es importante explicarles el sentido de gratitud y compenetración que se crea en este instante en que podemos reconocer que Dios Padre nos lo ha regalado todo y que nosotros agradecidos, nos ponemos a su servicio con Jesús y la fuerza de su Espíritu.
A los niños les encanta participar en el momento de las ofrendas presentando los signos. Como todos no podrán en la presentación, participaremos cantando (si se canta) e interiormente cada uno con nuestra gratitud a Dios. Es aconsejable hacer una catequesis con los niños donde enseñarles a identificar los dones que Dios nos regala, la gratuidad con que Dios nos lo comparte todo, incluido a Sí mismo en su Hijo Jesús. Y despertar en los niños la alegría de descubrirnos parte de esta generosidad con que Dios se entrega, la necesidad de servir al bien común con todo lo que Dios nos regala y ofrecernos cada día compartiendo lo que tenemos y lo que somos.
Dentro de la Eucaristía, la Iglesia nos proporciona la oportunidad de hacerlo público y conjunto como una gran familia en el momento de las ofrendas. Pero de cada uno depende el compromiso a lo largo del resto del día, de ofrecer lo mejor de nosotros a los demás, como Dios nos regala lo mejor de Él mismo a cada uno de nosotros.
Por: Sacramentos Rosales Mento