Israel ha bombardeado en la madrugada de este miércoles cuatro objetivos en el sur de Gaza tras el lanzamiento en la noche del martes de un cohete contra las inmediaciones de la ciudad israelí de Ashdod, situada a 30 kilómetros al norte del límite de la Franja. De momento, no se ha informado de víctimas en ninguno de los dos casos.
Fuentes oficiales han señalado que los blancos atacados son instalaciones de entrenamiento en el sur y el centro de Gaza, alrededor de las ciudades de Rafah y Jan Yunis, y que pertenecen al movimiento Hamás y la Yihad Islámica.
Las fuerzas de seguridad palestinas de la Franja, controlada por Hamás, han detenido a varios miembros de la Yihad Islámica y les han acusado de violar el alto el fuego en vigor con Israel.
El cohete caído en Ashdod ha hecho sonar las sirenas antiaéreas en toda la zona y cientos de miles de personas han buscado refugio. El proyectil ha caído en un descampado sin causar daños.
“Israel no va a permanecer con los brazos cruzados tras del disparo de un cohete contra sus ciudadanos por parte de la Yihad Islámica”, ha afirmado en un comunicado el ministro de Defensa, Moshe Yaalon. “Gaza pagará un alto precio si se produce una escalada de la violencia», ha advertido.
Se trata de la cuarta ofensiva con cohetes contra el sur de Israel –que en todos los casos ha obtenido una inmediata respuesta militar– desde el alto el fuego que puso fin a la guerra de 50 días del pasado verano, en la que murieron 2.200 palestinos, en su mayoría civiles, y 73 israelíes, de los que 67 eran soldados.
Este mismo miércoles, Amnistía Internacional ha denunciado que Hamás asesinó a supuestos colaboradores de Israel durante aquella contienda.