El santo padre Francisco realiza este sábado 6 de junio un viaje apostólico a la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina. ‘Una ciudad martirizada’ como la definió Juan Pablo II, cuando a inicios de 1990, Sarajevo sufrió el terrible asedio durante la Guerra de Bosnia. ZENIT tuvo la oportunidad de entrevistar por e-mail a don Branko Jurić, secretario del cardenal de Sarajevo, Vinko Puljić, quien describe el clima que se está viviendo en la ciudad.
¿Cómo se está preparando la llegada del Papa?
— Don Branko: Nos estamos preparando desde el primer minuto, cuando nos anunciaron que el Papa venía a Sarajevo. Todas las personas que se ocupan de la organización están felices y honradas de poder organizar un ambiente acogedor para el Santo Padre. Nuestro país es pobre, y así también la Iglesia católica, pero la decisión es que daremos todo lo mejor que tenemos para recibir al Papa y a los peregrinos. Y sobre todo abriremos los corazones a las palabras y a los mensajes de Francisco.
¿Qué dicen los católicos?
— Don Branko: En Bosnia-Herzegovina, desde la guerra hasta el día de hoy se reducido a la mitad el número de católicos. Muchos han dejado el país a causa de la guerra, de las condiciones políticas o económicas.
En medio de todas estas dificultades sentir una noticia tan bella como la venida del Papa nos da seguridad. Y los católicos están muy contentos, porque es el Pedro de nuestros días. Para nosotros él es el vicario de Cristo, y la primer tarea que Cristo le dio a san Pedro, como primer Papa, es de “consolidar en la fe a los hermanos y hermanas”. Los católicos esperamos que el Santo Padre nos anime a vivir nuestra fe en Jesucristo.
¿Y los musulmanes qué dicen?
— Don Branko: La gran mayoría de los musulmanes en nuestro país está muy contenta de que el Papa nos visite. Me inmagino que muchas personas en el mundo se quedarán atónitas por este hecho, particularmente a causa de los males mundiales.
El Vaticano fue el primer país del mundo que reconoció oficialmente a Bosnia-Herzegovina, y esto los musulmanes lo aprecian mucho. El Papa es visto como un amigo, y al hablar del papa Francisco todos se quedan facinados de su decisión de visitar este país. Es lindísimo que la comunidad islámica de Bosnia-Herzegovina y su jefe, Reisu-l-ulema Kavazović, hayan aceptado enseguida la visita del Papa, hayan ofrecido su colaboración para organizar todo, y que sientan que es un honor poder encontarse con el Papa durante el encuentro interreligioso previsto.
¿Qué frutos esperan de esta visita? ¿Se pueden ya entrever?
— Don Branko: Voy a responder igual que en la primera y la segunda pregunta. Personalmente estoy muy contento y espero que el Papa nos fortalezca en la fe para que podamos vivir con valentía nuestra fe en la convivencia con los demás, con los que son diferentes.
¿Cuáles son los problemas más urgentes de Bosnia-Herzegovina?
— Don Branko: Hay muchos. La mayoría de ellos son el resultado de los complicadísimos acuerdos de Dayton que solo han detenido la guerra, pero no han cimentado el progreso económico y cualquier otro desarrollo. El desarrollo económico, que esperan todos los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina, solo se podrá resolver con un cambio de las estructuras políticas en este país y con el cambio de la mentalidad comunista que, lamentablemente, se ha mantenido en la mente de muchos.
¿Hay alguna información más para entender el viaje?
— Don Branko: Si se refiere a la razón por la cual el papa Francisco va a Sarajevo, en Bosnia-Herzegovina, el motivo es, seguramente, porque para él las personas más importantes son las marginadas, y los ciudadanos de Bosnia-Herzegovina, en particular los católicos, han sido marginados durante siglos.