El Prefacio es durante la Misa la gran puerta de entrada a la plegaria eucarística, es una oración de acción de gracias que seguro vamos a identificar enseguida por que el corazón se pone de pie, los niños parecen quedar rebotando del salto que dan al responder a la invitación del sacerdote.
Empieza con un antiguo y siempre igual diálogo introductorio:
- S: El Señor este con vosotros
F: Y con tu Espíritu
S: Levantemos el corazón
F: Lo tenemos levantado hacia el Señor
S: Demos gracias al Señor nuestro Dios
F: Es justo y necesario - S: En verdad es justo y necesario …
El sacerdote, continúa con algunas variantes de las muchas que hay (más de cien), según días de fiesta o tiempo litúrgico. - Culmina el Prefacio alabando al tres veces santo, en el sagrado trisagio.
S: Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo
F: Santo, Santo, Santo, es el Señor del Universo
llenos están el cielo y la tierra de Tu Gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
(Hosanna, palabra derivada del hebreo que significa “sálvanos”). - En el Sanctus se nos ensancha el corazón a todos, con ese cántico de los serafines.
Es un momento de infinita pureza, tierna mirada del cielo y la tierra en qué podemos sonreír confiados como los niños y con los niños al proclamarlo en júbilo.La próxima semana confirmaremos esa invocación a su Espíritu Santo en la parte que continúa llamada Epíclesis.