El arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola, ha pedido este viernes a la comunidad internacional que piense en establecer “al menos un corredor humanitario” para intentar “dar alivio” a la ciudad de Alepo, una de las más castigadas por el conflicto en Siria.
En declaraciones recogidas por la prensa libanesa, el cardenal Scola ha denunciado que “el sufrimiento que existe en Alepo no puede ser aceptado: ¡es como un nuevo Sarajevo!”, en referencia a la ciudad martiriada de los Balcanes, recientemente visitada por el papa Francisco.
“El problema es que Europa debe hacerse cargo de esta situación, por lo menos tratar de entenderla”, ha indicado, al tiempo que ha subrayado la necesidad de poner en marcha iniciativas que incluyan el plan del Santo Padre en relación “a la injerencia humanitaria como una posibilidad de liberación”.
De esta manera, ha añadido, se “permitiría a todos restaurar un humanismo fruto de una idea de amistad cívica en la que los cristianos tienen mucho que decir”.
Durante su visita al Líbano, el purpurado italiano ha abordado la guerra en Siria, destacando que este país se encuentra “en una situación de extrema gravedad”, y ha puesto el acento especialmente en Alepo, la mayor ciudad del norte.
La localidad siria se encuentra dividida entre los grupos opositores, presentes en el este, y las tropas gubernamentales del presidente Bashar al-Assad, asentadas en el oeste. La presencia del grupo armado Frente al Nusra, rama de Al Qaeda en el país, ha complicado aún más la situación. Los combates por el control de Alepo afectan gravemente a la población civil.
El arzobispo de Milán también se ha referido a la situación de inestabilidad que vive el Líbano, en parte debido a la violencia en el país vecino, del que han llegado más de un millón de refugiados en los pasados cuatro años.
En Siria, según cifras de Naciones Unidas y de distintas ONG, desde 2011 han fallecido 220 mil personas. Solo el genocidio de Ruanda en 1994, que se cobró entre medio millón y un millón de vidas en apenas dos meses de matanzas, supera en velocidad homicida a la guerra siria.
El primer país receptor de refugiados sirios es la propia Siria: seis millones de personas se han desplazado dentro de su propio país. Casi cuatro millones más han huido a los países vecinos. Turquía es el primer receptor, con 1,7 millones de refugiados. Líbano acoge a 1,2 millones. En Egipto hay 144 mil. Más de 600 mil se hallan en Jordania. Incluso Irak ha recibido refugiados sirios, unos 220 mil. Se trata de unas cifras que –como ha recordado el cardenal Scola, al comparar Alepo con Sarajevo– solo compiten con los desplazamientos provocados por las guerras balcánicas.