El autoproclamado Califato islámico crucificó este lunes a dos menores de edad en el noreste de Siria, a los que acusó de no ayunar en Ramadán. Las víctimas fueron colgadas de una valla en un cuartel de la “hisbah”, el cuerpo policial del grupo yihadista, en la ciudad de al-Mayadeen, uno de sus bastiones en la provincia de Deir al Zur.
Los fundamentalistas colgaron del cuello de los niños carteles que tenían escrito “no ayunar en Ramadán”, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Las crucifixiones, decapitaciones y lapidaciones suelen ser empleadas por los milicianos radicales como medio propagandístico, y para aterrorizar a la población.
En esta línea, el grupo terrorista publicó este martes un nuevo vídeo en el que hace alarde de nuevas técnicas para ejecutar a sus prisioneros, en este caso presuntamente jóvenes iraquíes, a los que asesina empleando explosivos para decapitarlos en grupo o sumergiéndolos en una piscina dentro de una jaula.
La grabación fue difundida por la división del Califato en Nínive, una provincia de Irak cuya capital es Mosul, y muestra la ejecución de más de una decena de supuestos espías, a los que los yihadistas acusan de haber facilitado los objetivos para los bombardeos de la coalición liderada por Estados Unidos.
El material audiovisual, que ya ha sido retirado de YouTube, dura siete minutos y fue realizado por una productora local de la región de Nínive y no por ninguna de las grandes plataformas empleadas por el grupo liderado por Abu Bakr al-Baghdadi para difundir su propaganda terrorista, principalmente Al Hayat Media Center y Al Furqan Media Foundation.