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Los obispos de Paraguay lamentan el asesinato de cinco policías

El gobierno acusa al grupo narcoterrorista EPP de haber matado a 29 personas entre civiles y militares desde que asumió el gobierno del presidente Cartes

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La Conferencia Episcopal Paraguaya, CEP, ha expresado “su consternación, dolor e indignación por los asesinatos en los últimos días de cinco efectivos de la Policía Nacional, y ha manifiestado su repudio a la violencia y a los crímenes que reflejan el desprecio por la vida humana”. Los prelados hacen referencia a los atentados de San Pedro y Amambay, el domingo 12 y el viernes 17 de julio, que provocaron la muerte violenta de cinco policías.

El ministro paraguayo del Interior, Francisco de Vargas, indicó el sábado pasado, que el grupo narcoterrorista Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) ha asesinato a los tres policías en el departamento de San Pedro, y a los otros dos agentes el pasado domingo en la misma zona. En los dos últimos años, desde que el gobierno del presidente Horacio Cartes asumió la presidencia, la violencia del EPP ha cobrado un total de 29 muertes de civiles, policías y militares.

En una nota difundida por la oficina de prensa de la CEP, los obispos expresan “sus condolencias, solidaridad y cercanía espiritual con los familiares y camaradas de las víctimas, y elevan oraciones por los fallecidos, para que el Señor los reciba en su gloria» y piden «consuelo para sus seres queridos”.

Asimismo, los prelados aseguran que “a pocos días de la fiesta de la fe y de la esperanza, de la profunda alegría y comunión espiritual que ha vivido el pueblo paraguayo” con la visita del papa Francisco, “estos hechos criminales enlutan a toda la ciudadanía y contradicen el mensaje de tolerancia, respeto y necesidad de diálogo que nos entregó el Santo Padre”. Del mismo modo, han querido recordar que el Pontífice “instó a todos los sectores y actores de la sociedad paraguaya a no autoexcluirse del diálogo y a buscar el camino del respeto y del reconocimiento al otro para construir la patria soñada”.

Por lo tanto, la CEP condena “la violencia, el ensañamiento y la irracionalidad demostrada por los autores de los asesinatos” y hace un llamado firme: “¡Basta de violencia y de odio! ¡Cesen de matar a sus hermanos!”.

Finalmente, en el comunicado de la Conferencia Episcopal se reitera “el reclamo a las autoridades públicas sobre la necesidad de arbitrar todas las medidas para garantizar la vida y los bienes de las personas que habitan el suelo patrio”.

Por otro lado, el obispo de Caacupé, monseñor Catalino Claudio Giménez Medina, también ha sumado su rechazo a esta ola de violencia.

“Todos nos sentimos profundamente decepcionados por que entre los paraguayos haya personas tan inhumanas”, dijo en la homilía de la la misa dominical en el Santuario de Caacupé, según informa la agencia Fides. Monseñor Giménez dijo que “esta hostilidad, que dura desde hace muchos años, llena de odio, expresa el desprecio total por la vida”. Ante estos hechos delictivos, el prelado indicó que “tenemos que pararnos y volver a pensar seriamente en lo que nos pasa como Iglesia y como país. “¿Qué está pasando entre nosotros?”, se preguntó el obispo.

Y añadió que los asesinos del norte forman parte de los “errantes sin rumbo, personas desesperadas. Solo por la desesperación se puede pensar en acciones de esta naturaleza”.

Según los datos recogidos por la Agencia Fides, el norte de Paraguay está sitiado por el grupo terrorista EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) que ha retomado los ataques y asesinatos de policías con extrema crueldad. La prensa local destaca la presencia del narcoterrorismo en la zona y el aumento de los actos de violencia armada. Desde 2013 son ya 29 los fallecidos en esta área, entre policías y militares.

 

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ZENIT Staff

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