Dos personalidades de la Iglesia armenia serán recordadas este año por la Oficina Filatélica y Numismática del Estado de la Ciudad del Vaticano: el beato Ignazio Maloyan y san Gregorio de Narek. El primero, de quien se celebra el centenario del martirio, fue arzobispo de Mardine (Turquía), se comprometió a defender en todas las parroquias de su territorio la devoción al Sagrado Corazón y a la Madre de Dios.
Durante las tremendas persecuciones del Imperio otomano al pueblo armenio, en 1915, exhortó a sus sacerdotes y fieles a rezar y permanecer fieles en la fe a sus sacerdotes. Torturado cruelmente, dijo a su verdugo que le invitaba a renegar su fe para salvar su vida: “Ya te he dicho que yo vivo y muero por mi fe verdadera. Me glorifico en la Cruz de mi Señor y mi Dios”.
El segundo, san Gregorio, fue declarado Doctor de la Iglesia este año, en el mes de abril, por el papa Francisco. Vivió gran parte de su vida en los monasterio de Narek, en Armenia, donde pasó una vida llena de humildad y caridad, cultivando las artes literarias, patrimonio de la enseñanza de la familia de origen, y la teología. Es recordado como uno de los más grandes poetas de la literatura armenia. A su muerte, la tumba se convirtió enseguida en meta de peregrinación del pueblo armenio que lo invocaba en la oración desde los años de las primeras persecuciones.