El papa Francisco pidió este sábado a los jóvenes que “sueñen cosas grandes” en un diálogo que mantuvo con dos sacerdotes amigos de una radio comunitaria de la ciudad santiagueña de Campo Gallo, en Argentina.
Durante la charla telefónica con los padres Joaquín Giangreco y Juan Ignacio Liebana, el Pontífice aseguró que tiene un deseo cuando piensa en Santiago del Estero, “que pronto se pueda hacer la beatificación de Mamá Antula”. “Recen por eso, pidan esa gracia, Mamá Antula es un ejemplo del pueblo santiagueño, de esa fortaleza del pueblo santiagueño”, indicó.
Además, el Santo Padre señaló que “hay jóvenes que se jubilan antes de tiempo. No quiero jóvenes tristes, jubilados, quiero que trabajen, que trabajen fuerte por darles felicidad a otras personas, caminar juntos, estar juntos. Cuando uno está peleado es como la perinola, pierde todo. Que los jóvenes se jueguen por cosas grandes y tendrán alegría”.
“No envejezcan antes de tiempo y no se jubilen porque si no van a tener una vida muy triste”, insistió el Papa. “A mí me duele ver un joven triste. Ese joven ya está viejo, está esperando que la vida pase, que se le escurra”, añadió.
Preguntado sobre la encíclica Laudato si’, Francisco afirmó que hay que hacer un esfuerzo para aprender a cuidarnos, si nos cuidamos entre nosotros cuidamos “la casa común”. Así, invitó a saber cuidar a los chicos, a los abuelos con “esa ternura que Jesús nos enseñó”. Y reiteró que hay que cuidar la casa común, “esta tierra que Dios nos dio”. “Me dan pena las deforestaciones para plantar soja”, expresó. “Cuiden la tierra, cuiden el agua, cuiden todo lo que Dios nos ha dado”, enfatizó.
El Pontífice habló también de la importancia de la convivencia pacífica: “Hay que caminar juntos. Siempre es mejor la amistad que la pelea, la paz que la guerra. Hay una sola manera de ganar una guerra: no hacerla. Cuando hay una guerra se pierde la paz, la alegría, la concordia. Hay que caminar juntos. Cuando uno está en la mala se le pone el hombro. El hombre no es un hongo, es para vivir en familia”.
Por último, el Santo Padre saludó a “todo el pueblo de Campo Gallo, chiquita pero linda” y dedicó una bendición especial para los chicos y los abuelos: “Que Jesús los bendiga y la Virgen los cuide”.
El Papa concluyó su conexión rezando junto a los sacerdotes un Ave María y se despidió con “un abrazo grande, que Dios los bendiga”.
De esta manera, Francisco se comunicó por segunda vez con la FM Virgen del Carmen, 99.9, radio comunitaria que sirve para los que los misioneros expandan su mensaje evangelizador a todo el norte de la provincia.