El Papa bendice la misión de los mercedarios

El maestro general de la Orden de la Merced, acompañado por otros frailes, asistieron a la audiencia general de esta semana y conversaron unos instante con Francisco 

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El maestro general de la Orden de la Merced, fray Pablo Bernardo Ordoñe, acompañado por otros frailes, participaron en la audiencia general de este miércoles 12 de agosto, en el aula Pablo VI y pudieron compartir unos instantes de conversación con el papa Francisco.

“Tu libertad no tiene precio…” era el lema que se leía en el termo del mate que llevaba en la mano el fraile y ofreció al Santo Padre. El lema fue tomado de la campaña contra la trata de personas que la Orden de la Merced ha realizado este año en favor de las víctimas del trabajo esclavo, trabajo sexual y tráfico de órganos. Así lo cuenta el mismo fray Pablo en su cuenta de Facebook, donde comparte algunos detalles sobre el breve encuentro con el Pontífice que describe como “algo inolvidable y movilizador”.

Asimismo, añade que han sentido una vez más que la bendición del Papa “nos acompaña en la misión redentora”. Y cuenta que el Santo Padre les invitó con firmeza a no quedarse atrás, “que la fe y la libertad reclaman más vida ofrecida a los mercedarios y trinitarios».

Además, el fraile transmitió “la bendición cariñosa del papa Francisco para los 750 frailes presentes en 23 naciones, a las monjas de los 17 monasterios de vida contemplativa mercedaria, los 9 institutos de religiosas, las nuevas fraternidades laicales mercedarias consagradas y al numerosísimo laicado mercedario, en particular a los formandos y a los jóvenes, que sirven codo con codo en los cinco continentes y en cada presencia mercedaria”.

Recuerda además que el mensaje de Francisco fue muy claro “unidad – servicio liberador en medio de los conflictos y persecuciones – seguir poniendo en juego toda la vida como moneda de rescate – tender redes de co-participación religiosos/religiosas/laicos – servir en las nuevas periferias de la libertad – memoria y profecía en el tiempo jubilar que ya hemos comenzado a vivir».

El padre Ordoñe le habló al Papa de la presencia misionera que la Orden tiene en Cuba, “por la que lo vimos especialmente interesado, preguntándonos cómo es nuestro servicio en la cárcel y como están las vocaciones mercedarias en la isla”, cuenta además la agencia AICA.

Asimismo le comentaron al Pontífice el anhelo de los mercedarios de iniciar un servicio en los campos de refugiados cristianos en la arquidiócesis de Erbil, en Irak. A lo que Francisco respondió: “me hace muy feliz que estén acercándose a Erbil. Quiero personalmente que esto avance con paso firme y puedan entrar más”. Por otro lado, el Santo Padre estaba informado de la visita de la Orden a Asia y les dijo: “estoy acompañándolos desde que lo supe y orando por esta misión que debe crecer”.

El maestro general relata –según indica la nota de AICA– que le entregaron una carta, escrita por los superiores generales de las Órdenes de la Santísima Trinidad y de los Cautivos y de la Merced, pidiéndole que considere la posibilidad de propiciar el patronazgo de san Juan de Mata y san Pedro Nolasco (fundadores de ambas Órdenes redentoras), a favor de los cristianos perseguidos en el mundo.

“Se rió de nosotros, –cuenta el padre Ordoñe–, mercedarios y trinitarios diciéndonos: qué bien, ustedes sí que saben hacer gremio y conspirar juntos en favor de la libertad. Bueno, sigan trabajando juntos en favor de los cristianos perseguidos y los nuevos esclavos, que para su rescate fueron fundados”.

Al final del encuentro, el maestro general y los frailes allí presentes, presentaron al Pontífice las reliquias del venerable padre José León Torres, sacerdote profeso de la Orden de la Merced en Argentina y fundador de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús.

El fraile señaló que Francisco expresó: ‘¡Oh que bien, el padre fundador de la madre Ecla Varela y la hermana Estela Çarçaval. En serio, este hombre fue un grande de su tiempo, pedimos su intercesión’. A continuación el Papa besó la reliquia y le preguntó al padre Ordoñe si se la dejaba para él pero luego le dijo: ‘no, mejor llevála vos que la vas a guardar mejor y hacéme llegar una chiquita cuando puedas’.

 

 

 

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ZENIT Staff

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